Opinión

(Re)visión

Habría que juzgar a Julio César por no ponerle rampas de acceso al Coliseo Romano (construido ciento veinte años después de su muerte) para personas humanas zurdas y gladiadores hipocondríacos. ¡Machaquemos sus estatuas hasta convertirlas en algo que se pueda esnifar! Cristóbal Colón no facilitó a sus marineros leche sin lactosa. ¡Culpable!, ¡él, y sus estatuas! Además, desdeñó altivamente a los intolerantes al gluten. Por eso no tiene perdón de la Pachamama. Habría que juzgar (y condenar) a Napoleón por no tener en cuenta los derechos de autodeterminación de las Lagunas de Ruidera. Tenemos que abatir y pisotear todas la estatuas de Carlomagno por no celebrar el Día del Orgullo Friki. ¡Abajo las estatuas de Genghis Khan, por no haber hecho una ley para todas las que quieren casarse con su Satisfayer! Aristóteles tiene lo suyo, asimismo: es bochornoso y merece una severa revisión histórica, pues se negó a aceptar que el hombre pisoteó la Luna. En cuanto a los Reyes Católicos: son muy condenables por no promover asociaciones de consumidores, que de hecho fueron absolutamente ilegales durante su mandato. Carlos V tendría que ser eliminado de los libros de historia porque nadie lo votó, ni siquiera electrónicamente, pero él se atrevió a gobernar sin pasar por las urnas amañadas. ¡Ofensivo! El hombre de Atapuerca, que era caníbal, debería ser eliminado de la historia de la evolución por no abrazar el veganismo. Y la mujer de Atapuerca, por no hacerse tatuajes poliamorosos. Magallanes es un sonrojo para la historia: en vez de ir hasta la Tierra del Fuego con sus barquitos pijos debería haberse preocupado un poco por controlar su huella de carbono, conformándose con ver la Patagonia a través de Google Maps. ¡Indignante! Gutenberg es reprobable por haber inventado la imprenta, alfabetizando a la humanidad, ¡con lo bien que podríamos vivir, si no fuese por él, leyendo solo 140 apestosos caracteres diarios rebozados en odio! En cuanto a Platón: qué poca vergüenza tenía el tío, quitándole el puesto de trabajo al inmigrante que llega a Grecia necesitado… Y Cervantes, ¡tela!: el Quijote montaba a caballo, sin cortarse un pelo, en lugar de usar un coche eléctrico subvencionado, como sería lo correcto… Así que no nos cansaremos de repetir que Cervantes es indigno de recibir el Premio Cervantes. ¡Se ponga como se ponga!