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Opinión
Esto va revuelto, una vez más
Víspera del Ferragosto y de la Asunción de la Virgen, fiesta patronal en 1.197 municipios españoles, según el portal «Fiestas!». La Covid-19, que no entiende de fronteras, ni de Autonomías tampoco respeta festejos. Habrá pocos y los que haya serán una temeridad. España es el país de la Unión Europea, con la excepción de Portugal, en el que más cayó la producción industrial en junio. Un 14,3% con respecto al mismo mes del año anterior. La recuperación en «V» soñada por el Gobierno de Sánchez se esfuma. España también es, por ahora, la zona del viejo continente donde más contraataca el virus. Hace falta una explicación, más allá de los equilibrios pedagógicos de Fernando Simón. España, además, acaba de ser señalada como el peor ejemplo europeo de gestión de colaboración entre la sanidad pública y la privada. Los prejuicios ideológicos se impusieron a la eficacia. Nunca se sabrá el coste humano. Ahora, con los contagios disparados habría que utilizar todos los medios disponibles, sin complejos ni imposiciones. Unidas Podemos sufre el virus de la denuncia interna. Aquí, la historia se repite. José Manuel Calvente, abogado despedido con información sensible, es otro despechado por un partidos político. Carlos Van Schouwen, contable despedido de Filesa, Malesa y Time Export fue, quizá, el primero. Arrinconó al PSOE por otro asunto de financiación ilegal. José Luis Peña, concejal orillado del PP en Majadahonda encendió la mecha de Gürtel. Tras requiebros infinitos, Rajoy perdió el poder. Pablo Iglesias y los suyos, que son casta, esgrimen, como tantos de la casta antes, que todo es una conjura. Reclaman la presunción de inocencia, a la que tienen derecho, pero que negaron a otros, como a Rajoy y ahora al rey emérito. Es víctima de su errores y de Corina, una mujer tan despechada como los denunciantes de Podemos, el PSOE o el PP. Nadie explica cómo mejoraría la vida de los ciudadanos con una República en lugar de una Monarquía constitucional. Los ayuntamientos, incluso varios socialistas, se rebelan contra la ministra Montero. Por dinero, claro. El virus avanza. Sánchez y Casado no tienen previsto ningún contacto. Un pacto ahora es quimérico. Iglesias, más débil, también tendrá que esperar para hablar con el presidente.
–«¿Esto no va un poco revuelto?», pregunta uno de los personajes de «Madera de Boj», la gran novela de madurez de Camilo José Cela.
–«¿Va como la vida misma?», responde e inquiere al mismo tiempo otro, gallego por supuesto.
Hay 1.197 –más– fiestas pendientes para 2021.
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