Opinión
Corinna y los ex, 45 años después
Corinna Larsen, despechada o no –es intrascendente–, jugará sus cartas mientras su futuro y su fortuna dependan de la Justicia. Está en el paisaje español, incluso desde la BBC británica, y tardará en marcharse. La monarquía de Isabel II –a esa sí la llaman «The firm» hasta sus propios miembros– también ha tenido crisis y gordas, sentimentales y económicas, pero siempre se ha repuesto. Los políticos del Reino Unido, quizá algo tenga que ver, nunca la han puesto en solfa porque no deja de ser, como la española y las europeas, una República coronada o una monarquía republicana
En España, dos semanas después de que, más o menos empujado, el rey emérito dejara el país –abundan quienes piensan que fue un error– , 74 ex ministros y exaltos cargos han firmado un manifiesto en defensa del reinado de Juan Carlos I, algo que no hay que confundir con su comportamiento personal. Tomás de la Quadra, otro exministro, lo ha explicado con precisión: «las faltas de cualquier persona solo a ella le son imputables y no a la institución o al sistema». Es el mismo sistema que ampara que se investiguen y se conozcan los hechos que airea, desde su óptica, Corinna Larsen.
Alfonso Guerra y Rodolfo Martín Villa, dos vicepresidentes, encabezan la lista de los que firman el escrito en defensa de la era Juan Carlos I. Habrá explicaciones, pero destaca la ausencia de otros vicepresidentes y vicepresidentas en esos 45 años, los más libres, prósperos y justos de la historia de España. Solo unos días antes del adiós por carta del rey que cedió sus poderes e impulsó la Transición, el Consejo General de Economistas y la Cámara de Comercio de España publicaron lo que debería haber sido lectura obligada de verano para muchos, ignaros y radicales incluidos. Titulado «45 años de evolución económica, social, empresarial y social de España», es un alegato, didáctico riguroso, de la transformación de un país en el que la renta per cápita pasó de 1.000 a 27.000 euros, el PIB aumentó 35 veces, la llegada de turistas se multiplicó por 4, el gasto en educación casi se triplicó y el sanitario pasó de 4.000 a casi 70.000 millones anuales. Al mismo tiempo, la presión fiscal subió del 18 al 35,5% del PIB. Es el balance de casi medio siglo de monarquía democrática con Gobiernos de UCD, PSOE y PP. Corinna tiene derecho a decir lo que quiera, pero esa es otra historia, en un país en el que, como apuntó Alfonso Guerra en la SER, «la derecha debe condenar el golpe del 36 y la izquierda tiene que dejar de autoengañarse con la idealización de la República». Corinna y los ex, 45 años después.
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