Opinión

Cuentas y cuentos

Un 23 de mayo de 2018 Rajoy aprobaba los presupuestos, los segundos en minoría. La bancada popular aplaudía a Montoro que sonreía agradecido. Este leve recordatorio nos deja varios apuntes. En primer lugar, tener unas cuentas no son garantía de estabilidad… en cinco semanas perdió el Gobierno por la moción de censura de Pedro Sánchez. Conviene tener presente que votaciones pasadas no garantizan sumisiones futuras… ahí está el PNV y en tercer lugar que el Gobierno de Sánchez ha tenido otras prioridades a lo largo de estos años. El actual presidente cuando llegó a Moncloa fue surfeando en minoría, luego las elecciones, el pacto de gobierno, la mesa de negociación con Cataluña… hasta ahora. El curso se ha inaugurado con la puesta en escena de la negociación presupuestaria con una épica y un verbo en arenga permanente que recuerda a un final de película con precipicio y un tipo agarrándose con las uñas al filo de una roca… una música de cuerda rasgada nos anuncia que se va a desprender la roca y ese hombre sudoroso se va ahogar en el abismo con un grito agónico. Se pasan en el picante. Hay una gran verdad en las palabras de Pedro Sánchez: los presupuestos son necesarios. Lo son con pandemia y sin pandemia porque marcan la política que se quiere desarrollar y cómo se va a hacer. Así que esas cuentas serán una proyección del acuerdo de Gobierno de coalición, otra cosa sería disparatado y suicida, una autoenmienda a la totalidad. El PSOE tiene holgura para negociar por la izquierda y por el centro pero hay que mantener viva esa escenificación de grupo de teatro universitario con desplantes y gestos acentuados. Que nadie se despiste, lo de estos días y lo que venga hoy tiene más que ver con la estrategia de arrinconar al PP en la escombrera de la extrema derecha. El planteamiento es o «participas de la salvación nacional» o «eres como VOX». El PSOE empuja por el centro pero al PP solo le queda el papel de mantener el sitio. No nos volvamos locos. Una pandemia, que ha dejado las vergüenzas del sistema al aire, no puede dañar o liquidar el sistema de partidos. La esencia de la democracia es la posibilidad de la alternancia y cuando los votos te han puesto en los que no gobierna pero podrían tienes que tener muy claro qué lindes puedes pisar y qué fronteras difuminar. Salvo para dinamitar o partir el Gobierno, que no hay caso, el PP no puede apoyar unos presupuestos… que saldrán, como los últimos, con PNV y Ciudadanos.