Rey

Felipe VI y la mala educación

«El plantón de Aragonés al Rey, además de otras cosas, denota mala educación»

Pere Aragonés, ahora todavía presidente en funciones de la Generalitat, es la máxima autoridad del Estado español en Cataluña. Aspira a presidir la Comunidad catalana con todas las de la ley y aunque le gustaría hacerlo con los votos de los socialistas de Salvador Illa, sus votantes prefieren el apoyo de los más radicales de la CUP y el visto bueno obligado de Laura Borrás y Junts x Cat. Ayer, para contentar a su clientela y a sus posibles aliados, eludió su obligación institucional –y de buena educación, de seny– de estar presente en la visita que el rey Felipe VI, el jefe del Estado, hizo a la histórica factoría de Seat en Martorell para celebrar el 70 aniversario de la empresa, ahora controlada por el grupo Volkswagen, que ha decidido fabricar en Cataluña uno de sus modelos eléctricos, pero no sin que antes el Gobierno central, el de Pedro Sánchez, le diera, entre otras cosas, garantías de estabilidad en el territorio. Wayne Griffiths, presidente de Seat-Volkswagen, no ha tratado con los responsables de la Generalitat, centrados en los asuntos «indepes», la decisión de producir coches eléctricos en Martorell, sino que lo ha hecho directamente con el ministerio de Industria, en Madrid, y en última instancia con la Moncloa. Seat–Volkswagen es la mayor y más importante empresa de Cataluña y, además, la que más empleo y actividad indirecta genera. No importa, el presidente de la Generalitat, para escenificar su populista afrenta al Rey, prefiere ignorar no solo al Jefe del Estado y al presidente del Gobierno, sino a la realidad. La víspera también ignoró a las 300 organizaciones empresariales, reunidas por Josep Sánchez Llibre, presidente de la patronal Fomento, que reclamaban más atención a la economía. Aragonés, sin embargo, contraprogramó a los empresarios para insistir en la confrontación con el Estado y la monarquía y la autodeterminación. La afrenta al Rey forma parte también del plan de una independencia en la práctica, a falta de una de derecho, consistente en erradicar, paso a paso, todo vestigio español de Cataluña. Y el plantón de ayer a Felipe VI fue, en primer lugar, mala educación.