Presupuesto del Estado

Patada adelante y sorpresa final

Hay temor y esperanza de una sorpresa final en las elecciones madrileñas

María Jesús Montero, ministra de Hacienda y portavoz barroca del Gobierno ha tenido que rehacer las cuentas del Estado. En pocas palabras, los Presupuestos son ya papel mojado. Todo en vísperas de las elecciones madrileñas, que tienen algo de plebiscito sobre Pedro Sánchez, y mientras Nadia Calviño, sobre la bocina, enviaba a Bruselas el Plan Nacional de Reformas, que deberá obtener el visto bueno comunitario para que España empiece a recibir las ayudas del programa Next Generation. Por partes. 1) El primer trimestre ha sido malo para la economía, en España, pero más en Alemania e Italia y algo menos en Francia. La pandemia, y Filomena en España, tienen la culpa. Las nuevas previsiones económicas del Gobierno arrojan dudas, aunque lo mejor que podría ocurrir es que se cumplieran, porque no está claro que suceda. Por ejemplo, los déficits acumulados hasta 2024 suman más de 150.000 millones, que serían otros tantos de deuda, a los que habría que sumar 70.000 millones más si se piden los préstamos que concedería como ayudas la Unión Europa para alcanzar los famosos 140.000 millones, lo que complica reducir la deuda al 112% del PIB como promete Montero. Es decir, patada adelante. Y hay más incertidumbres; lo apunta el Banco de España. 2) Hay quien espera –en la izquierda– y hay quien teme –en la derecha– una sorpresa final que de un vuelco a las profecías demoscópicas que anuncian la victoria rotunda de Isabel Díaz Ayuso, con casi todos los boletos para gobernar. Hoy, 1 de mayo, es la fecha idónea para que ocurra algo, accidental o provocado, que pueda mover voluntades ante la soledad de la papeleta. Nada está escrito hasta que se cierren las urnas el 4 de mayo. 3) El Plan Nacional de Reformas exigido por Bruselas es, sobre todo, un catálogo de buenas intenciones que elude el meollo de las grandes reformas: laboral, pensiones y fiscal. La Comisión Europea lo aceptará, de momento, como animal de compañía, pero luego exigirá y quizá entonces lleguen los problemas, pero eso, para Sánchez, es larguísimo plazo. Patada adelante y temor/esperanza sobre una sorpresa final.