ERC

Conflicto y con deshonor

A Sánchez se le complica la estabilidad de su Gobierno ante la perspectiva en Cataluña de un Govern claramente secesionista y presidido por su peculiar socio ERC.

La permanencia de Sánchez depende necesariamente no sólo de los votos de su socio Podemos, sino de los trece republicanos y secesionistas liderados en el Congreso por Rufián. Y aún con ellos, le faltan ocho para disponer de la mayoría absoluta necesaria para aprobar leyes orgánicas, que con geometría variable puede pescar en caladeros nacionalistas vascos, catalanes y Bildus. Para ello, son imprescindibles las concesiones a la Generalitat en la mesa bilateral «para la solución del conflicto político catalán» y en materia de indultos a unos políticos presos por delitos de los que no sólo no se han arrepentido, sino que alegan que «lo volverán a intentar y que se pueden meter los indultos por donde les quepa» –según Junqueras desde prisión.

Además de ello, Sánchez ya no dispone de Iglesias de intermediario para facilitarle esos eventuales apoyos, por lo que en ese escenario va a tener que elegir entre permanecer en el poder al precio que sea, o convocar elecciones. No se puede servir a dos señores, ni poner «una vela a Dios y otra al diablo», así que deberá optar entre esas concesiones a los secesionistas, o servir a España y la Constitución.

A Pedro Sánchez se le está poniendo cara de Chamberlain, y nos va a llevar a un grave conflicto, y con deshonor para él y su partido.