Opinión

El cuaderno de Chapu Apaolaza: El olor de los indultos por la mañana

En Moncloa creyeron que conseguirían domar a Esquerra dándole hilo a la cometa de la desjudicialización, el conflicto político y la rebaja de las penas por sedición

Lo de Cataluña: qué locura. Las ceremonias de la Generalitat vienen envueltas en música solemne de trompetas y sirena del patio de la cárcel. Desde hace unos años, han encontrado su sitio entre el boato de lo molt honorable y las cosillas del chabolo del talego. Ya nadie canta ‘Els Segadors’, pero al menos hemos visto de nuevo a los amigos. Junqueras ha salido de la cárcel con un traje como de la selección de rugby de Samoa y ha subido las escaleras como si celebrara un gol, no se sabe a quién. También estaba Quim Torra que siempre va por la vida preso de un sonrojo, un rubor patriótico que contiene con burgués decoro pero que le hace parecer a cada momento que acaba de terminar la clase de pádel. A Aragonés le olisquean los tobillos los de Junts, pero es que se ha puesto de moda esto de investir gobiernos con la oposición dentro.

En Moncloa creyeron que conseguirían domar a Esquerra dándole hilo a la cometa de la desjudicialización, el conflicto político y la rebaja de las penas por sedición. También bailaron con Iceta agarrados a la pole dance de la nación de las naciones. Pretendieron que se caerían del caballo del unilateralismo y ahí tienen al Govern prometiendo un referendum de independencia en menos de dos años. Sánchez está contento porque le siguen apoyando y porque ha hecho presidente a un Aragonés y de segundo se apellida ‘Garsía’. A día de hoy, en el Gobierno pretenden que hay un cambio de viento y que los republicanos han cambiado el unilateralismo catalán convencidos por el amor universal y sanchista. El amor es ciego, sordo, mudo y daltónico y Cataluña no es un fracaso de la política; es un fracaso de la realidad.

Sánchez confía en que en 2050, Esquerra será un partido constitucionalista español y el bosquecillo oriental de Moncloa entre cuyos tallos de bambú hacen el amor las libélulas, lindará  con la Selva del Irati. Por allá despega el helicóptero presidencial. Suena el tocotocotó del aparato gubernamental y una grabación del certamen de tunas de Derecho de Barcelona. ¡Cómo le gusta a Sánchez el olor de los indultos por la mañana! Dime si no es bonito sacar de la cárcel a unos tipos que juran que lo volverán a hacer..

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