Ministerio de Igualdad

Adopte un hetero

Gracias al castísimo Ministerio de Igualdad (más azorado por las cuestiones de cintura para abajo que las monjitas de mi colegio) ligar hoy constituye un arcano al que no podría acceder ni Harry Potter

Varones (¿todavía es legal proferir, articular… semejante irreverencia?): ¡Varones! sepan que no podrán otear a una persone con útero (antes mujer) si no lo hacen en presencia de un notario o notaria debidamente acreditades que certifique su idoneidad, además de su consentimiento para mantener alguna clase de intercambio social o cultural con ustedes, depredadores a reducir.

¡Se acabó la fiesta! Porque, gracias a esta delegación del cielo en España, que es nuestro gobierno socialcomunista, en Madrid hay un lugar atascado de magnificencia, dotado de gracia, derrochando esplendor y sublimidad, un lugar donde un grupo de querubines, ángeles, espíritus celestes, mensajeros del Bien, con mayúsculas, trabajan incansable y desinteresadamente por mejorar el entorno, por educar al resto de los españoles, pobres mortales, por desfacer entuertos, combatir la injusticia y salvar persones en apuros. Todo desde una delicadeza que no conoce límites y desde la excelsitud de unas criaturas cuyo entendimiento sólo es superado por su incorruptible y exaltada moral.

En efecto, gracias al castísimo Ministerio de Igualdad (más azorado por las cuestiones de cintura para abajo que las monjitas de mi colegio) ligar hoy constituye un arcano al que no podría acceder ni Harry Potter en sus días de mayor inspiración.

¡Alto, hombres heterosexuales! ¡Discúlpense todos como nuestro amigo el Papa! Y sepan que van camino de ser encerrados en el armario y bajo llave porque, aquí y ahora, son culpables de todo lo que ocurra hasta que no se demuestre lo contrario. Y en grupo, mucho peor, las personas heterosexuales de sexo masculino, ¡¡manada presunta!!, mejor que no se junten en grupos de más de dos unidades, sin lamentarse por ello.

¡¡Ahh!! Ya me siento mucho más segura, respiren tranquilas y descansadas, ustedes queridas lectoras, persones todes con útero (así como el resto de las mujeres fluidas y trans) porque da gusto vivir, y respirar el otoño, en un planeta habitado por virtuoses, que revienta de sensatez, bondad, inteligencia y elevación, de persones responsables y respetuoses consigue mismes y con les demás, seres de luz que no saben fallar y que, si lo hacen, siempre será desde la máxima pulcritud y elegancia.

Gracias a la Ministri Mintiri, podemos regocijarnos en un nuevo amanecer, a través de un también nuevo y necesarísimo protocolo elaborado por el Instituto de las Mujeres, con vistas a regular el comportamiento de esos Natural Born Killers (antes denominados hombres) en las empresas. La nueva normativa tipifica las innumerables actitudes que deben ser consideradas como acoso y articula un procedimiento de actuación para que la empresa detecte, investigue y sancione a las bestias bípedas (o formas de vida con minga) que alteren nuestra serenidad con “gestos o miradas insinuantes”, con “flirteos”, con “acercamientos”, con cualquier “contacto físico” no solicitado formalmente y por supuesto con invitaciones con carnales fines. En sus muchas páginas de imprescindibles contenidos el documento también describe como punible algo muy laxo pero, a cambio, divertido_sobre todo si la demandante padece un Delirio sensitivo de referencia o algo peor: lo que llaman “el trato inadecuado”.

Por supuesto, todas estas transgresiones a la estrictísima moral de la Ministri y sus damas de compañía traerán consigo, en función de la gravedad del episodio el traslado, desplazamiento, cambio de puesto, jornada o ubicación, la suspensión de empleo y sueldo, la limitación para ascender e incluso, para los más coquetuelos, el despido disciplinario.

¡Señores de ojo alegre! Quedan ustedes acorralados… ¡Sus desmanes históricos, enquistados, tolerados e incluso celebrados en nuestra lúbrica y deshonesta sociedad han llegado a su fin. Y ¡dense con un canto en sus carnívoros dientes! Que la Ministri es toda una deidad, firme pero compasiva: en uno de sus apartados el texto asegura que se debe mantener el “respeto al principio de presunción de inocencia de la supuesta persona acosadora”, eso sí, con un “enfoque de género” durante el procedimiento. Por otra parte, si la ultrajada es generosa y está de acuerdo, una posible alternativa al despido, la ruina profesional, económica, social y el ostracismo del malvado (¡ay, como raspa la letra “o”!) puede ser simple y llanamente que pida perdón a la agraviada.