Psicología

Salud mental

Todo nuevo crecimiento o renacer viene de la mano de un gran desafío. Lo que tenemos que normalizar es la importancia de pedir ayuda

Desde ayer volvemos a vernos las caras. Al menos en exteriores. Algo importante para conocernos y reconocernos. Deseando que terminen todos esos «daños colaterales» de la pandemia que lejos de prepararnos para avanzar y asumir nuevos retos y recomponernos de nuevas caídas, como hace esa gran maestra llamada vida, han conseguido que retrocedamos, nos amilanemos y dejemos que gobierne el miedo. Aún son muchas las personas que, dos años después, siguen con el miedo metido en el cuerpo. Algo que no solo paraliza sino que debilita.

Cierto que todas las emociones tienen un por qué y un para qué. Cierto que hay algunas emociones que son más incómodas que otras pero muchas veces no queda más remedio que transitarlas.

El miedo tiene una función, nos ha ayudado históricamente a la supervivencia, a librarnos de la muerte. Pero los miedos irracionales sólo consiguen llenarnos de angustia.

La tristeza es una llamada del alma que nos indica que hay algo que tenemos que cambiar dentro o fuera de nosotros.

La ira está relacionada con la autoprotección, sobre todo cuando aparece algo que destruye nuestros planes, pero es nuestra responsabilidad transformarla en otra emoción más llevadera y transitable a través de técnicas como la respiración consciente, las meditaciones o el deporte.

Por fin se habla cada vez más de la salud mental y eso es un gran paso adelante porque ahí radica todo. Para mí la base es la autoestima. Pero es tan frágil que cuidarla y protegerla es una carrera de fondo.

Todo nuevo crecimiento o renacer viene de la mano de un gran desafío. Lo que tenemos que normalizar es la importancia de pedir ayuda.

Cualquier momento de dudas, inseguridad, y sobre todo miedo, es el momento perfecto para acudir a un psicólogo. Será la mejor inversión. Y a todos los niveles, porque hemos de ser muy conscientes de la enorme relación que existe entre la mente y el cuerpo.