Podemos

Podemos = IU

Al mezclarse con IU, los de Pablo Iglesias se quitaron la careta a ojos de mucha gente que los había considerado hasta entonces un partido transversal y anticasta:

Podemos lleva en retroceso desde las elecciones de 2015. En aquel momento, estuvieron a punto de superar en votos al PSOE: 5,2 millones de sufragios para Pablo Iglesias frente a los 5,5 millones de Pedro Sánchez. De ahí que los morados forzaran la convocatoria de unas nuevas elecciones en coalición con Izquierda Unida con el objetivo de convertirse en el primer partido de la oposición: pero la estrategia les salió mal, puesto que obtuvieron 150.000 votos menos pese a ir en coalición con Izquierda Unida (que en los anteriores comicios había cosechado casi un millón de votos). ¿Qué pudo salir mal? Muy probablemente que, al mezclarse con IU, los de Pablo Iglesias se quitaron la careta a ojos de mucha gente que los había considerado hasta entonces un partido transversal y anticasta: a partir de entonces ya quedó claro que eran la misma izquierda radical de siempre. Y desde ese momento no han levantado cabeza. En las elecciones generales de diciembre de 2019 perdieron los tres millones de votos; en las elecciones de Galicia de 2020 ni siquiera entraron en el parlamento; en las elecciones del País Vasco de 2020 perdieron la mitad de sus representantes; en las elecciones de Madrid de 2021 se quedaron con 10 diputados pese a que su cabeza de cartel era el propio Pablo Iglesias; y en las elecciones de Castilla y León del pasado domingo sólo consiguieron un procurador. La profunda crisis del partido es obvia para cualquier observador externo e imparcial. La cuestión, claro, es por qué Podemos ha entrado en crisis después de haber llegado a ser, según algunas encuestas, la primera fuerza política de España. Sus actuales dirigentes y algunos de sus más conocidos ex dirigentes optan por culpar a una sofisticada conspiración mediática que ha ido minando la virginal imagen de la formación. Como sucede con los malos estudiantes, las responsabilidades principales hay que buscarlas fuera de la formación, no dentro. Que Podemos se haya destapado como heredero natural de Izquierda Unida o que la etapa más impopular de la depresión y de los recortes (2012-2014) haya quedado muy atrás en la memoria de los españoles seguramente no haya tenido nada que ver para que su fuerza política haya regresado a la que tenía Izquierda Unida con anterioridad a la intensa recesión de 2012.