Sáhara Occidental

Sáhara

¿Obtendrá algo España a cambio de esta colosal cesión histórica? Y lo más importante: ¿qué será de los pobres saharauis?

La mera existencia del Sáhara Occidental es testimonio incómodo de la agonía de un postrero mundo colonial, consumado y decadente, de cuando unos países se imponían sobre otros territorios y los hacían suyos, asimilándolos culturalmente, pero sobre todo económicamente. El poscolonialismo es, en la actualidad, un movimiento político poderoso que usa, como herramientas de cambio transformador de la sociedad, mitologías inéditas, a veces mezclando lo literario con lo histórico; porque hemos llegado a ese punto: nos dijeron que «la historia también es narración», y la fuerza justiciera anticolonial hoy ya reescribe el pasado relatando los hechos de manera opuesta a lo que nos habían contado, y haciéndolo de la misma forma en que se está escribiendo de nuevo (o intentándolo, luchando denodadamente contra la «tiranía» del ADN) la mismísima biología humana. Del anticolonialismo surgió el rencor contra los imperios, un afán de justicia retrospectiva que –enseñaba hasta hace poco la doctrina jurídica– siempre corre el riesgo de derivar en flagrante injusticia. Nuestros tiempos, que han hecho de la insatisfacción y la rabia un poderoso cebo político para las masas, reniega del colonialismo (políticamente incorrecto), mientras acepta de buen grado, por motivos burdamente ideológicos, interesados, el neoimperialismo de Putin, por ejemplo. En 2019, EEUU dejó claro que no apoyaría la creación de un estado independiente en el Sáhara. En 2020, al normalizarse las relaciones entre Israel y Marruecos, «el amigo americano», por boca de Trump, entonces presidente, anunció que estaba dispuesto a reconocer al Sáhara como perteneciente al estado soberano de Marruecos. Ahora, España se suma a esa iniciativa, que dejará definitivamente a la antigua provincia española en manos marroquíes. España sufragaría así los acuerdos de Marruecos, EEUU e Israel. ¿Será el precio por asegurar Ceuta y Melilla, o el anuncio de su cesión posterior? ¿Qué pasará con los dirigentes del Frente Polisario, acostumbrados a vivir como plutócratas del desierto capaces de entrar sin cita previa a la Seguridad Social española, en avión privado…? ¿Obtendrá algo España a cambio de esta colosal cesión histórica? Y lo más importante: ¿qué será de los pobres saharauis?