Pedro Sánchez

Canela fina | Sánchez, Marruecos y la Comisión Europea

«La genuflexión de Sánchez ante el Rey de Marruecos podría enmascarar su aspiración a presidir la Comisión Europea»

En 2024 se renovará la Comisión Europea y se elegirá a la persona adecuada para ocupar la presidencia. Pedro Sánchez sabe que, si Núñez Feijóo recupera el terreno perdido y se instala en las cifras alcanzadas por Pablo Casado, las elecciones generales pueden obligarle a abandonar la silla curul del palacio de la Moncloa. El líder socialista está madurando eludir la prueba electoral española y optar por la presidencia europea. Nuestro César de alpargatas no cabe en sí de emoción e impaciencia. La pirueta circense de saltar de presidente del Gobierno español a presidente de Europa culminaría su carrera política y le llenaría de inextinguible satisfacción.

Si se confirmara la enmascarada aspiración de Pedro Sánchez, se explicarían algunas cosas enganchadas hoy en las alambradas de la confusión. ¿Por qué el presidente dedica tantos viajes y tantas horas a Europa? ¿Por qué le ha hecho una higa a Podemos que además de sus 34 diputados suma al sanchismo los escaños de los partidos secesionistas de Cataluña y País Vasco, de los herederos de Eta, del Partido Comunista y de varias agrupaciones de extrema izquierda? ¿Por qué Pedro Sánchez se proclamó una veintena de veces socialdemócrata en el Congreso del PSOE? ¿Por qué ha escupido con desdén sobre el Frente Polisario, haciéndole la rosca no solo a Marruecos, sino sobre todo a Francia, la nación más decisiva junto a Alemania en la Unión Europea?

Negar al entorno de Pedro Sánchez capacidad de maniobra política seria perder el sentido de la objetividad. Hay maniobras en las que se ha equivocado como el intento de desalojar al Partido Popular de su poder autonómico. Miguel Ángel Rodríguez disparó el misil hipersónico de Isabel Díaz Ayuso sobre la ciudadela socialista y la hizo añicos. Hay otras operaciones, especialmente sagaces y enmascaradas, como dividir al PP para vencerle, que hicieron trizas a Pablo Casado. Y ahora el sanchismo, tal vez pilotado por Borrell, está dando los pasos necesarios para despejar a Pedro Sánchez el camino hacia la presidencia de la Comisión Europea. Y en esa aspiración habría que encuadrar la política nueva sobre la insólita rendición genuflexa ante las plantas del Rey de Marruecos.

Luis María Anson, de la Real Academia Española