Debate Estado Nación

El debate

Estamos en el país del embuste y del camuflaje de la realidad, también el de la ciudadanía mansa, como estúpidas ovejas a las que pastorea un zorro lleno de bótox, tratamientos faciales y sin escrúpulos.

Este artículo tenía que haberse titulado “El debate sobre el estado de la nación o como obrar la magia de hacer caer el Ibex, por debajo de los 8.000 puntos”, pero era un poco largo aunque ganas no me faltaron. Luego en el periódico lo recortan, y eso da mucha rabia. Pero díganme si no es como para echar pestes del petimetre que nos gobierna que con cuatro frases, cuatro medidas de subidas de impuestos a bancos y eléctricas, el índice español se desmorona hasta límites que ya casi no recordábamos, dándoles gusto así a sus socios de ultraizquierda. La verdad es que el tipo da en el clavo para hacerse odiar. Entre esto y el pacto con los bilduetarras para la ley de memoria democrática (¿democrática una memoria desvirtuada, reinventada por el terror?) tiene a España quemada, mucho más que por los incendios que provoca la ola de altísimas temperaturas que estamos muy malamente soportando.

Algunos caminamos ya hacia la dura tarea de hacer maletas y cambiar de aires, aunque si he de ser sincera a mí me ata mucho la casa, mi mesa de escribir, mi cocina… Pero entiendo bien que hay que ventilar la cabeza y cambiar de aires en la medida de lo posible, por una cuestión de salud mental, sin perder el contacto con la realidad ni con el teclado, que no se despegará de mi persona, esté donde esté.

Pues sí, el índice bursátil de referencia de la bolsa española cierra la semana bajo mínimos porque ya es sabido que los empresarios son el demonio y hay que machacarlos, que con ello hundimos también a pequeños y grandes inversores, a una clase media que ya no existe porque el comunismo reinante se la ha cargado mientras se ufana de tornar gratuitos los billetes de cercanías. ¡Gran medida para evitar esa recesión que nos espera a la vuelta de la esquina! No importa para nada ese paro maquillado con el alto incremento de empleo público. Estamos en el país del embuste y del camuflaje de la realidad, también el de la ciudadanía mansa, como estúpidas ovejas a las que pastorea un zorro lleno de bótox, tratamientos faciales y sin escrúpulos. Un menda que adopta una medida exprés en el Congreso, con todo descaro, para controlar el Constitucional. Pero, ¿qué hay de los negocios puteriles del suegro? Este periódico va a explicarlo minuciosamente, hay que estar atentos y no perder detalle porque merecerá la pena. Ya me dirán.

Y si ahora estamos friéndonos de calor, en invierno Dios nos libre de una Filomena, porque nos van a limitar la capacidad para calentarnos, lo dijo la ministra del ramo, la de la cara triste. No me extraña, siempre da noticias que conllevan amargura y ella no hace el esfuerzo por sonreír. Consolémonos pensando que esos rostros los perderemos de vista dentro de no mucho. A lo sumo, un año. Alguien con conocimiento de la cosa me ha dicho que el tal Sánchez, ese que nos causa la ruina del presente y que nos prepara un otoño todavía más duro, aguantará hasta el final sostenido por el terrorismo y por el independentismo, a fuerza de prebendas concedidas a unos y a otros.

CODA. Bolaños, ese tonto contemporáneo que a veces se nos aparece en la pantalla, lo ha bordado explicando que la ley de memoria democrática pactada con quienes mantienen en las manos la sangre seca del terrorismo “no dice lo que algunos dicen que dice”. ¿Se puede ser más mequetrefe?