Política

El Gobierno vuelve a rectificar

Por supuesto, no escucharemos o leeremos las disculpas de aquellos que arremetieron contra Ayuso, que es la “bestia negra” de los periodistas de izquierdas

La frívola inexperiencia gubernamental explica las rectificaciones para corregir sus errores. Teresa Ribera se ha lucido, porque le han bastado unas pocas horas para tener que matizar el “famoso” plan energético que alguien creyó que despertaría la admiración generalizada de nuestros socios europeos. Me gusta mucho cuando la vicepresidenta tercera pontifica como si fuera la ganadora del Nobel de Economía. La izquierda política y sus corifeos, que defienden con ciega lealtad las decisiones monclovitas, son muy complacientes, algo que no hacen con los gobiernos populares. Es llamativo que no se valore la experiencia previa de nuestros políticos y que encumbremos al podio de la excelencia, dicho irónicamente, a los integrantes de un equipo económico que desconoce la economía real. No conozco a ningún empresario, directivo o autónomo que le guste despilfarrar. Son los primeros interesados en lograr ahorros energéticos, porque la electricidad, el gas y la gasolina son muy caros. No necesitan que les den lecciones aquellos que nunca han creado un puesto de trabajo. Desde hace semanas, los medios de comunicación, incluso los más complacientes con las excentricidades ministeriales, venimos publicando la situación que viven las empresas, desde las grandes a las más pequeñas, por culpa del precio de la energía.

Los testimonios de los afectados, especialmente las pymes, los comercios y los autónomos, han sido demoledores. Hay negocios que han dejado de ser viables por culpa de esa factura que ya no pueden pagar. No necesitan que llegue Ribera para explicarles que tienen que ahorrar. Es muy cómodo dar lecciones cuando el sueldo está garantizado por los Presupuestos del Estado. Ahora se ha dado cuenta de que los 27 grados en los bares, restaurantes y comercios es un despropósito. La rectificación se enmascara con que el decreto es “flexible”, por lo que les permite que la limitación se sitúe en torno a los 25 grados. Por supuesto, no escucharemos o leeremos las disculpas de aquellos que arremetieron contra Ayuso, que es la “bestia negra” de los periodistas de izquierdas, que son la mayoría de la profesión. No criticarán a los alcaldes socialistas que no quieren aplicar el decreto o al pasota gobierno vasco formado por el PNV y el PSOE. Lo único que les interesa es atacar a la presidenta madrileña, aunque tenga razón. La verdad no importa, solo el relato.