Internacional

Neoperonismo y pasta de dientes

Y frente a ese neoperonismo nos topamos con el arrebato de sentido común de Chile en el «no» a la nueva Constitución

Podría interpretarse como una aleatoria pirueta del azar, pero el nacimiento de Cristina Fernández de Kirchner en Ciudad Eva Perón ha terminado resultando toda una premonición. Como una marca del destino. Poco importa que la ciudad pasara a llamarse La Plata poco después y que perdiera esa denominación-homenaje, porque aquella casualidad de origen ha bastado para imprimir carácter a la más fiel heredera del mito argentino. Las reacciones a su intento de asesinato (sentidas manifestaciones, desconfianzas cruzadas y polarizaciones más exacerbadas de lo habitual), culminan una forma de entender la política que ha empapado todos los estratos de Argentina en las últimas décadas. Imposibles de esquivar para cualquier visitante las apasionadas conversaciones a pie de «subte» o de «colectivo» a favor o en contra, sin término medio, de los años de kirchnerismo en el poder: esa versión peronista (corriente tan dúctil como camaleónica que puede ser de izquierda, derecha, liberal, intervencionista o, realmente, lo que quiera) que tomó forma en la Casa Rosada según la demagógica transición de rayo de esperanza a cúmulo de decepciones.

Y frente a ese neoperonismo, estandarte de tantos populismos latinoamericanos que campan por Brasil, Venezuela o ahora también Colombia (atención al nuevo concepto de «regresividad» acuñado por Petro), nos topamos con el arrebato de sentido común de Chile en el «no» a la nueva Constitución. Como una declaración de intenciones para instalarse en el equilibrio entre el rechazo a los capítulos más negros de su pasado y a las arenas movedizas que les auguraban un futuro de excesos doctrinarios. Podría ser que ese giro a la moderación y a la búsqueda de consensos más amplios contenga la clave para eludir el dogma que fija la imposibilidad de burlar al populismo una vez que se ha infiltrado en las instituciones de un país. Quizá los chilenos hayan descubierto cómo volver a meter la pasta de dientes en el tubo.