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Los «vicios» de Tezanos y Montero

«Es más fácil, digan lo que digan los expertos, que se cumplan los sondeos de Tezanos que los Presupuestos de Montero»

Cervantes, en el Quijote, advertía de que «el camino del vicio es ancho y espacioso». Cristina Herrero, presidenta de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), el organismo que también presidió José Luis Escrivá, cree que los Presupuestos para 2023 «nacen viciados» y con «carencias notables que les restan eficacia». El varapalo de Herrero y la Airef a las cuentas de María Jesús Montero, de las que presumía Pedro Sánchez en su amago de debate con Feijóo en el Senado, es solo el último de una larga serie que convierten a los Presupuestos –susceptibles de empeorar en el trámite parlamentario– en papel mojado.

El Gobierno, por ejemplo, prevé un aumento del PIB del 2,1% en 2023, un año en el que tampoco se recuperará la riqueza de antes de la pandemia. La Airef rebaja las cifras gubernamentales al 1,5%. El Banco de España va un pasó más allá y habla del 1,4%. El Fondo Monetario Internacional lo deja en el 1,2%. BBVA Research es todavía más pesimista y calcula un 1% y la Fundación de las Cajas de Ahorros, que tiene al frente a un ex-secretario de Estado de Zapatero, Carlos Ocaña, apenas vislumbra un raquítico crecimiento del 0,7%.

Todo parece como un sondeo electoral del CIS de Tezanos, que afirma lo contrario que todos los demás. No es imposible, ni mucho menos que el PSOE gane las próximas elecciones, ni tampoco que la economía española crezca en 2023 un 2,1%, pero solo el Gobierno se lo cree. Nadie dice, con todas las letras, que las encuestas de Tezanos estén «viciadas», como los Presupuestos, pero es lo que piensan la mayoría de expertos. El jefe del CIS, no obstante, tiene más opciones de acertar –los electores son volubles– que la ministra Montero.

Los números son más contundentes. Ángel de la Fuente, director del «think tank» Fedea, ha ordenado los datos de los Presupuestos facilitados por el Gobierno –que no ofrece la totalidad– y le salen 574.445 millones de euros de gasto, sin que esté todo incluido, lo que significa que el Gobierno gastará a manos llenas en un año electoral. No es correcto, pero tampoco es nada raro. Napoleón (1769-1821) lo tenía claro: «se gobierna mejor a las personas por sus vicios que por sus virtudes», sin duda porque «el camino del vicio –y del gasto– es ancho», según reza la advertencia cervantina.