Política

Otto, Pedro, Alberto y las mentiras

«Ahora, descartar una consulta en Cataluña da votos, pero nada impide que sea peaje para gobernar tras las elecciones»

Otto von Bismarck (1815-1898), el «canciller de hierro» germano, en las antípodas personales de cualquier «progresismo», implantó el primer sistema de pensiones –de Seguridad Social– en 1881 para frenar, sobre todo, los primeros avances socialistas y acallar otras posibles demandas populares. El hombre que unificó el país y el artífice inicial del II Reich (1871-1918) solía decir que «nunca se miente tanto como antes de las elecciones, durante una guerra o después de una cacería». Casi 150 años después, el Gobierno español subía las pensiones un 8,5% de media –hay que evitar problemas con unos nueve millones de electores en esa situación– y Pedro Sánchez, en forma de balance del año, celebraba el primer mitin electoral –televisado– de la muy larga campaña de los comicios que se celebrarán a finales de 2023. «Será un año muy intenso», indicó el presidente como despedida del anuncio de una batería de medidas destinadas a ganar en los próximos meses las voluntades suficientes para poder seguir en la Moncloa, eso sí, con la ayuda de sus ahora compañeros de viaje, tanto podemitas como «indepes».

Sánchez quizá no mienta y lo mismo se podría decir de su rival, Alberto Núñez Feijóo –que tampoco tiene nada ganado–, sin embargo, la realidad contradice una y otra vez las palabras del inquilino de la Moncloa, sin que eso le altere lo más mínimo. Acaba de anunciar que el «procés» pertenece al pasado y que «el independentismo, como proyecto político, va contra los tiempos». También descarta un referéndum o consulta en Cataluña, mientras Pere Aragonès reclama un acuerdo en 2023 sobre la fecha de celebración y Feijóo, a quien el tiempo dará o quitará credibilidad, no se fía de ninguno de los dos. Nada, por otra parte, es casual. Los estrategas monclovitas han elaborado su hoja de ruta. Calculan que necesitarán otra vez el apoyo de ERC y han esbozado un posible calendario de pagos. Han abonado, con la reforma de la sedición, la exigencia de algo así como una amnistía y tienen la letra pendiente de la consulta. Descartarla ahora da votos, pero nada impide –y ERC esperará– que sea el peaje para poder gobernar después de la cita con las urnas. Antes habrá muchas mentiras, porque «nunca se miente tanto como antes de las elecciones», ironizaba cínico Bismarck.