Sociedad

Contra la depresión

Es básico dejar salir más a menudo a ese niño feliz, disfrutón, hambriento de conocimiento y experiencias, curioso, inquieto, entusiasta… porque esa actividad nos mantiene vivos, esa ilusión nos hace levantarnos, luchar y perseverar

Hoy viernes 13 se celebra el Día Mundial de Lucha contra la Depresión, un trastorno emocional que afecta a más de 300 millones de personas en el mundo. Deteriora todas las facetas del ser humano e incide notablemente en las tasas de mortalidad y morbilidad. Desde Sierra Nevada, donde me encuentro entrenando para los campeonatos de España de esquí adaptado, reflexiono sobre esa depresión que muchos de los que están aquí han pasado tras una lesión medular, una amputación o cualquier otra discapacidad.

Lo cierto es que la mayoría, tras la clásica pregunta sin respuesta: ¿por qué a mí?, y vivir su propio desierto emocional, se adapta a la nueva realidad y empieza de cero. Sin embargo la depresión es un grave problema de salud mental que está incidiendo y avanzando en nuestra sociedad. Para prevenirla pregúntate: ¿cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que te entusiasmaste, saltaste o gritaste de emoción?, ¿cuándo fue la última vez que hiciste algo por primera vez? con sus errores, ansiedades, incertidumbres… ¿cuánto hace que no dejas salir a ese niño o niña interior que quiere conocer, disfrutar, experimentar, jugar, vivir? «El que no posee el don de maravillarse ni de entusiasmarse, más le valdría estar muerto, porque sus ojos están cerrados» decía Albert Einstein.

Una gran mayoría vive permanentemente en ese rol de adulto, reprimiendo ciertas emociones y acallando a nuestro niño interior, porque no es el momento, porque hay que dar una imagen, porque somos mayores y hemos de comportarnos… y sin darse cuenta caen en una depresión. Démonos la oportunidad de descubrir lo que llevamos dentro, de escucharnos, de mostrar a los que nos rodean cómo somos, nuestras emociones, preocupaciones, aspiraciones… También es básico dejar salir más a menudo a ese niño feliz, disfrutón, hambriento de conocimiento y experiencias, curioso, inquieto, entusiasta… porque esa actividad nos mantiene vivos, esa ilusión nos hace levantarnos, luchar y perseverar, mientras que la pereza y la pasividad, nos debilita.

¡A por ello!