
Sin Perdón
El asalto al Ministerio Fiscal
«Es muy inquietante tener miedo en una democracia por ir en contra del poder»
Es lógico que cualquier iniciativa de este Gobierno que afecte a los poderes del Estado genere una lógica y fundada desconfianza. No es una reacción exagerada, sino un ejercicio de prudencia. Es bueno recordar cuando Sánchez aclaró en plan chulo de bolera que la Fiscalía dependía de él. No daba crédito a lo que había oído, pero fue una reacción coherente con su personalidad. Desde entonces ha dado probadas muestras de que considera que la democracia se circunscribe al ejercicio del derecho de sufragio. Y el que consigue ganar las elecciones o formar gobierno se lleva el botín. Ahora ha decidido emprender una reforma del Estatuto Fiscal para tener un mayor control de la institución, aunque le han metido maquillaje para justificar que los fiscales sustituyan a los jueces en la instrucción. Es un escenario que produce auténtico pavor. Sánchez ha intentado cargarse la acción popular para que se archiven las causas que afectan a su mujer y a su hermano. Con este antecedente la única opción sería que la Fiscalía no dependa del Gobierno, porque el fanático sectarismo de Óscar López y otros antisanchistas convertidos es muy peligroso. España necesita un Ministerio Fiscal independiente que tenga al frente a un jurista que no sea un apéndice del Gobierno. Es muy inquietante tener miedo en una democracia por ir en contra del poder. Óscar López y el multimillonario José Miguel Contreras controlan con mano férrea el área de comunicación del Gobierno. Se dedican a favorecer generosamente a los medios amigos. Está pareja ha convertido la televisión y la radio pública estatal en el NODO del sanchismo. A algunos socialistas y comunistas les resultará entrañable porque provienen de familias del régimen. Son prácticas deleznables, pero lo auténticamente peligroso es que los problemas de corrupción que le afectan provoquen el asalto a la Fiscalía de una forma todavía más grosera y descarada. Le ha salido mal el asalto al CGPJ, intenta reformar la carrera para colocar a sus marionetas sin hacer una oposición y ya tiene el Tribunal Constitucional a sus órdenes gracias al indigno comportamiento de Pumpido. Sus mensajes con Ábalos confirman que solo podemos esperar lo peor. Por ello, hay que movilizarse en contra de la reforma del Ministerio Fiscal.
Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)
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