El trípode

Asunta gloriosa a los Cielos

Hoy celebramos la Asunción de la Virgen María, una fecha muy importante para la Iglesia y los fieles

Hoy celebramos una fecha señalada con letras de oro en el calendario litúrgico de la Iglesia y en el corazón de multitud de fieles que tenemos a la Virgen como Nuestra Madre del Cielo: la Asunción gloriosa de la Virgen María en cuerpo y alma a los Cielos. Hasta el momento es el último de los dogmas marianos reconocidos, precedido por otros tres.

El primero que se definió fue el de su Maternidad Divina (María Madre de Dios) en el Concilio de Éfeso de 431; le siguió el de su Perpetua Virginidad –antes, durante y después del parto–, por el Concilio de Letrán en el siglo VII. Tuvo que pasar más de un milenio para que el beato Pío IX definiera el dogma de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre de 1854. Precisamente en reconocimiento a la postura inmaculista defendida siempre con firmeza por España, quiso el Papa que el primer monumento erigido a la Inmaculada Concepción en Roma –todavía entonces capital de los Estados pontificios– fuera en la Plaza de España.

Por último, el cuarto dogma de fe, el que hoy celebramos: la Asunción de María a los Cielos, definido por Pío XII el 1º de noviembre de 1950. Dos días antes y dos después de esta proclamación dogmática, el Papa tuvo la visión en el cielo romano desde los jardines vaticanos del mismo milagro ocurrido en Fátima el 13 de octubre de 1917, conocido como «la danza del sol». Este signo es doblemente llamativo: primero porque Eugenio Pacelli (futuro Pío XII) fue ordenado obispo por el Papa Benedicto XV precisamente la misma mañana del 13 de mayo de 1917 en que la Virgen se aparecía por primera vez a los tres pastorinhos en la Cova da Iria de Fátima. En segundo lugar, porque fue Pío XII el primer pontífice en consagrar el mundo al Inmaculado Corazón de María, el 31 de octubre y el 8 de diciembre de 1942, en plena Segunda Guerra Mundial. Esto serviría para «acortar la guerra», como el Señor anunció a la vidente Lucía dos años antes, ya comenzada la contienda.

La posibilidad de un quinto dogma mariano está sometido a un cierto debate tras su anuncio por revelación privada de Nuestra Señora de Todos los Pueblos, en Ámsterdam. Se trataría de « María Corredentora, Abogada y Medianera de todas las gracias», cualidad que diversos papas, doctores y santos no han dudado en considerar adorna a la Madre de Dios; lógicamente en un papel subordinado y complementario al de su Hijo en la cruz.