El canto del cuco
El bloqueo
Lo que más amenaza la convivencia democrática en España es el bloqueo, reflejado en la incomunicación de las dos principales fuerzas políticas, que deriva de la nefasta política de bloques
Hay espíritus complacientes que aceptan de buen grado las contradicciones y disparates del poder con tal de que eso impida que lleguen los otros. No atienden a razones. Se creen sus propias ensoñaciones ideológicas y aceptan como algo natural los engaños y las mentiras del admirado líder. Todo se reduce a aceptar a ciegas la falsa caricatura que éste hace de la oposición, a la que conviene cerrar el paso porque representa un gran peligro para la democracia y la civilización occidental. Con esa técnica destructiva, basada en la mentira y el miedo, que son las señales de los regímenes totalitarios, se busca impedir o bloquear la alternativa de Gobierno para perpetuarse en el poder.
Algo de eso está pasando aquí. La presencia de Vox está siendo utilizada de forma abusiva para bloquear la alternancia. Cualquier actuación o declaración estridente, como la de Abascal a «Clarín» en Argentina, es aprovechada por el «sanchismo» para cargarse de razón ante sus seguidores, afianzarse en el poder y cerrar el paso a la derecha. Le sirve de salvoconducto para pasar por la aduana, de contrabando, cualquier producto averiado, como la infame Ley de Amnistía, la entrega a Bildu del Ayuntamiento de Pamplona, -el «pacto encapuchado», que dice Feijóo - , y lo que te rondaré, morena. Esto no ha hecho más que empezar. Todos los socios de Sánchez se disponen a pedirle, a partir de ahora, lo que les corresponde. Lo adelantó Quevedo: «No sabes escuchar ruegos baratos, / y sólo quien te da te quita dudas; / no te gobiernan textos sino tratos».
Haría bien Vox en moderar sus impulsos primarios, revisar sus compañías y contratar una buena empresa de comunicación e imagen, o, si no, resignarse a correr pronto la misma suerte que los otros partidos nuevos, que acaban siendo flor de un día -Ciudadanos, Podemos…- tras un momento de esplendor. Sin pretenderlo, Vox está sirviendo de soporte fundamental al bloqueo político y a la instalación vitalicia de Pedro Sánchez en el poder. Y, en contra de la interesada versión del inquilino de La Moncloa, el partido de Abascal, en vez de actuar como un aliado leal y complementario del Partido Popular, pretende ser su competidor, como se vio en el debate de la amnistía. Los pactos locales y regionales sólo demuestran que, también en esto, hubo que hacer de la necesidad virtud, sin que se hundiera el mundo. Lo que más amenaza la convivencia democrática en España es el bloqueo, reflejado en la incomunicación de las dos principales fuerzas políticas, que deriva de la nefasta política de bloques.
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