Big Data

El CIS de Tezanos minimiza la España católica y dispara el volumen de no creyentes

En casi cinco años el Centro «purga» en sus estudios a 4,8 millones de españoles que se profesaban cristianos

Los datos que facilita el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) del mes de marzo son cuanto menos alarmantes para la Iglesia Católica.

El centro oficial demoscópico, que preside el socialista José Félix Tezanos, asegura que en el plazo récord de 46 meses, los que media de mayo de 2019 a marzo de 2023, el número de católicos en España ha descendido un 20%. Frente a este dato, sin duda, significativo, la realidad alternativa es que ha experimentado un progreso realmente insólito del número de españoles que se declaran no creyentes, con un aumento del 46,7%, y el de ateos, un alza del 41,8%.

Convirtiendo estos porcentajes en números de ciudadanos, obtenemos la siguiente e increíble fotografía: en mayo de 2019 había en España 25,1 millones de católicos de 18 años o más; 58 meses después, el CIS gubernamental únicamente localiza 20,3 millones. ¿Dónde han ido los 4,8 millones de católicos que faltan?

Además, la cocina de José Félix Tezanos, situado estratégicamente en su puesto por Pedro Sánchez, no se corta un pelo al afirmar que en ese breve espacio de tiempo se disparan las personas que manifiestan abiertamente que no son creyentes en 3 millones y los ateos en 2 millones.

Aunque pueda ser comprensible y una evolución lógica que el modelo de sociedad occidental vaya, generación tras generación, hacia una condición más secular, 46 meses no son un periodo de tiempo suficiente para ese drástico cambio social que requeriría, sin ningún género de dudas, de varias décadas.

Pero nos deja aún más perplejos conocer los datos del CIS de mayo de 2019, un año después de estar bajo las órdenes del gobierno de Sánchez: las cifras publicadas en ese barómetro no diferencian sustancialmente de los de mayo del año anterior, con la anterior administración del Partido Popular. La disparatada por increíble disminución de católicos en nuestro país debe tratarse de un error, pues no nos cabe en la cabeza la descabellada idea de que el Gobierno estuviera alterando registros para presentarnos una sociedad que, de repente, en meses, ha pasado de ser católica en dos tercera partes a serlo en un 54,9%. Insisto, entiendo que tiene que tratarse de un fallo en la elaboración del estudio.

Este Gobierno de socialistas y comunistas no nos intentaría engañar y tampoco usar esos datos para negociar con la Iglesia Católica recortes a la misma por el enorme descenso de fieles. Y ya de paso cargarse el artículo 16, punto 3 de la Constitución Española; «…Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones».

En octubre de 1931, el por entonces ministro Manuel Azaña, en un discurso en las Cortes, dejó dos frases para la historia, su anuncio para «la implantación del laicismo del Estado con todas sus inevitables consecuencias» y que «España ha dejado de ser católica».

Noventa y dos años después España es un estado aconfesional, que no laico, y una sociedad que se manifiesta mayoritariamente católica como se demostrará en las decenas de procesiones y oficios que inundarán las calles y parroquias de toda la geografía nacional en la próxima Semana Santa.

En el estudio 3.360 del CIS de abril de 2022, el instituto oficial de demoscopia constataba que hasta un 58% de los españoles asiste a procesiones durante la Semana Santa. Es un dato de hace once meses. Con lo que se respalda la mayoría social a manifestaciones de religiosidad como lo son las procesiones. En otro estudio del CIS, este de 2018, se exponía la amplitud de la influencia del catolicismo en la cultura de los españoles; el 89,1% fue educado con valores del catolicismo.