Dos por uno

El último comité del año, de la dirección del Partido Popular de Madrid, celebrado ayer, venía con sorpresa; mejor dicho, con un dos por uno. Por un lado, Esperanza Aguirre, que da un paso hacia adelante y le dice a Rajoy: «Sí, quiero», antes de que éste se lo pida. Sí quiere ser candidata a la alcaldía de Madrid, que es un viejo sueño que ha despertado dos años después de haber afirmado que se retiraba de la primera línea de la política. Por otro lado, y en el mismo paquete de novedades de diciembre, está la decisión de Fernández Lasquetty de dejar todos sus cargos políticos y cruzar el charco para dar clases en una universidad privada. Aguirre, imbuida quizá del espíritu navideño, ha puesto en orden sus ideas y ha cambiado su estrategia. Cuando hace algunos meses María Dolores de Cospedal dijo que quien se postulara como candidato diera un paso hacia adelante, ella se quedó quieta, desconfiada, pensando que en el PP quien da un paso hacia adelante, se convierte en Álvarez-Cascos. Hace pocas fechas, Aguirre decidió que no era conveniente decir en público esa frase típica y manida de «Estoy a disposición de mi partido». Ayer decidió dar un paso adelante, postularse como candidata a la alcaldía, insisto, su viejo sueño, y después no ha tenido más remedio que proclamar públicamente estar a disposición de su partido. Quizá el cambio de estrategia venga dado por quienes le han aconsejado que no debía permanecer rezagada en la indecisión, no fuera a ser que alguien aprovechara para advertir en ella desinterés y descartarla.

Por lo que se refiere a Lasquetty, un día tuvo la decencia de dimitir tras fracasar su proyecto de externalización de la Sanidad pública madrileña, y no haber sido apoyado por su gobierno, y ahora pasa de la decencia a la docencia. Fue un hombre de confianza de Aznar, pero ya no se sentía cómodo en el partido de Rajoy. Suerte en el reto de hacer las Américas, profesor.