Elecciones generales

El perillán

La Razón
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Alfonso Guerra dijo de Tierno Galván que había revolucionado la zoología siendo la primera víbora con cataratas y puede sostenerse que Pablo Iglesias ha revuelto la ciencia política pasando sin transición de Lenin a Ferdinand Lassalle convirtiendo el comunismo en socialdemocracia pequeño burguesa igual que se ha ahorcado una corbata que no casa con los pantalones sujetos por la línea de la concepción. En poco hemos pasado de la democracia a la telecracia y las ideologías han sido sustituidas por las apariencias. En su exilio americano escribía Bertolt Brecht que cada mañana acudía al mercado donde se vendían las mentiras, y en estos días delirantes la verdad es asesinada impunemente. Errejón, que se supone moderado entre radicales, asegura que el desabastecimiento venezolano se debe al exceso de demanda propiciado por el régimen chavista, y como resultaría faltón escribir que este profesor es tonto puede deducirse que considera analfabetos a los españoles o que América continúa a la distancia informativa de las carabelas. A Iglesias y la pandilla que puede gobernarnos no le ha valido la ciencia especulativa sino aquellos cursillos de RTVE para adquirir desparpajo antes las cámaras y en su osadía sustituyen el «pensamiento débil» por eslóganes que cada cliente se monta como en las tiendas de IKEA. Repite el perillán que la alarma de colisión con una variante comunista es el cuento del lobo azuzado por la caverna; y lo asegura cuando acaba de abducir en una OPA hostil al Partido Comunista de España. Hay mentiras, mentiras gordas, y el discurso del pícaro astuto. Podría compararse su estrategia con la de Hitler concurriendo a las elecciones de la República de Weimar pero supondría un trazo grueso; su inspiración se asemejaría más al Partido Revolucionario Institucional mexicano que ganó las elecciones en 1.929 y dejó de ganarlas en 1.989 dejando tras 60 años de democracia un Estado fracasado que no remonta ni el petróleo. El proyecto PRI rondó las cabezas del PSOE en 1.982 y fue desechado como apoteosis de la demagogia digna de «La cabalgata de las walkirias». El censo se ha equivocado muchas veces en la Historia y estamos al borde de votar por ignorancia, dejadez, buena fe, ingenuidad e incluso rencor; los espejismos en que abreva el perillán.

P. S.- También Alfonso Guerra motejó de Bambi al melifluo Zapatero. En el Comité Federal del PSOE ya llaman a Pedro Sánchez «la madre de Bambi», porque también muere al comienzo de la película.