Los socialistas valencianos están mostrando una doble cara en la batalla por reivindicar el cambio de modelo de financiación autonómica que tanto discrimina a nuestra Comunidad. Por un lado, el partido que lidera Ximo Puig pide un frente común en esa batalla y, cuando el PP acepta algunas de sus propuestas, se niega a unirse si no se aceptan todas sus formulaciones, algunas de ellas utópicas e imposibles como poner fecha a la devolución de lo que se han empeñado en llamar «deuda histórica».

Lo digo porque es una cuestión inventada, ya que los Gobiernos valencianos han aceptado siempre el sistema. O votaron que «sí» o se abstuvieron, lo que significa asumir lo que decida la mayoría. No hay deuda y menos histórica.

Parece que el PSPV está vendiendo la piel antes de cazar el oso. Con una mano ondea la bandera de la reivindicación y con la otra echa el freno para desvincularse de la compañía del Gobierno valenciano y del PP. Como si ya estuvieran convencidos de que la Presidencia de la Generalitat la tienen reconquistada. Todo porque una encuesta lo ha plasmado. Así es la vida.