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Els Xichs de Valls

La Razón
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Ahora que Catalunya vive un proceso autodestructivo y de profunda división social debido al inicio de la desconexión separatista, es el momento de recordar la historia de la policía autonómica catalana, los Xichs de Valls, como fueron conocidos primigeniamente, y que deben ser los garantes de que la Ley y la Constitución se cumplan en Catalunya. Todo empezó en la llamada «Guerra de Sucesión» al trono de España, tras la muerte sin descendencia de Carlos II, por cuyo cetro, las casas reales europeas se batieron en suelo hispano. Los Habsburgo (conocidos como austracistas o vigatans) y los Borbones (felipistas o botiflers) entablaron una guerra internacional que se tradujo en un cruento enfrentamiento entre españoles, y también entre catalanes. Para la manipulada historiografía nacionalista, la contienda de 1701-1714 fue una «guerra de secesión» y por tanto de separación, y que resumieron a finales del 2013 en el eslogan «España contra Catalunya», inicio de los desvaríos historicistas que vivimos en Catalunya rememorando «el tricentenari de la derrota», y con el 11 de septiembre como la jornada en la que se manifiestan los separatistas con alambicadas «performances». La victoria de las tropas borbónicas sobre los austracistas supuso el fin de las viejas y arcaicas instituciones forales catalanas (Consejo de Ciento, Diputación General, los brazos, la corte, la «Coronela», entre otros), y el advenimiento de una nueva estructura estatal centralizada y moderna. Con la victoria de las armas angevinas y para evitar desmanes en las zonas rurales catalanas, las nuevas autoridades felipistas crearon un grupo policial llamado primero como «els Xichs de Valls», y posteriormente Escuadras de Cataluña. Los «Mossos d´Esquadra» se dedicaron a perseguir y ajusticiar a todos los austracistas que seguían defendiendo la España foral y tradicionalista que se concentraba en las zonas rurales del interior catalán. Fueron pues, los Mossos, el garante de la imposición de la centralización tan denostada por los inventores de mitos que tanto abundan en la vieja marca hispana y nacieron exclusivamente para hacer cumplir la Ley. Formados por agentes civiles que se profesionalizaron, llegaron a alcanzar hasta los 3.000 hombres a finales de 1714. Veciana puso en marcha un innovador sistema de «fichas criminales», conocidas como «sumarias», para conocer a los rebeldes, al tiempo que sistematizó la información policial, creando una red de confidentes por el territorio, y organizó los primeros agentes infiltrados en el campo sedicioso. En 1735, Veciana renunció al cargo por motivos de edad y entonces el capitán general lo traspasó a su hijo Pedro Mártir Veciana. Desde entonces el mando del cuerpo recayó siempre hereditariamente en la familia Veciana durante cinco generaciones, hasta 1836, momento en que las comandancias de los Mossos se trasladaron de Valls en Barcelona. No hay duda alguna de su origen legalista, realista, borbónico y españolista y considerada la primera policía moderna de la Europa occidental. Los Mossos de escuadra existieron hasta el año 1868, fecha en la que el general Prim, catalán e hispanista, decretó la disolución de las Escuadras de Cataluña y su sustitución por la Benemérita.