Presidencia del Gobierno

La solución

La Razón
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Al primero que se lo oí fue a un compañero del colegio, Luis Miguel Alberdi Zárraga, hace unos «pocos» años, que cuando las cosas se ponían difíciles alardeaba con algo así: «eso lo puedo hacer yo, que soy de Bilbao». Me lo han repetido otras veces y no lo he discutido —para que luego digan que me gusta discutir—, pero les aclaro a los que me lo dicen, que si los de Bilbao no pueden no hay que preocuparse, lo hará uno del Bierzo.

Desde el 26 de junio, Pedro Sánchez y otros dirigentes del PSOE han declarado en numerosas ocasiones que no habría terceras elecciones, que con 85 diputados les correspondía estar en la oposición, y por supuesto No a Rajoy. Pero incluso con 170 diputados, dada la composición del Congreso y las condiciones, en muchos casos inaceptables para el Partido Popular, que impondrían algunos grupos parlamentarios, se necesitaría al PSOE para que el candidato más votado por los españoles lograra la investidura. Difícil entonces que se cumplan sus tres «mandamientos». Los que han demostrado mandar en el PSOE también dijeron No es No a la «exploración» para formar un gobierno socialista-populista-mareante- con los del referéndum separatista de izquierdas y de derechas, que con sigilo se realizó en época de las calenturas del verano.

En las últimas elecciones autonómicas vascas, con el último diputado por Vizcaya conseguido por el PNV en el recuento de los votos en el extranjero, Urkullu no necesitará el apoyo del PP ni del PSOE, salvo locuras que no se producirán, para ser presidente. Ese disputado escaño, si no hubiera sido para los nacionalistas, habría dado mucho juego; aunque con una legislatura por delante y un gobierno en minoría algunos creen que los tres deseos del PSOE todavía se podrían cumplir porque, como decíamos antes, las cosas difíciles las puede lograr uno de Bilbao, y mucho más si son dos de la comarca del Gran Bilbao, como Ortuzar y Urkullu.

Después de que Javier Fernández, creo que máximo responsable del PSOE, con permiso de la única autoridad, dijera «todo el mundo sabe que si se convocan terceras elecciones el PP sacará mejor resultado», podría ocurrir, aunque espero que no, que en el PNV escucharan en los próximos días algo parecido a esto: «votad a favor en la investidura de Rajoy, que con el voto del diputado Quevedo y con los vuestros alcanzaría la mayoría necesaria, luego a destrozarle, que es lo que queremos y lo que más nos conviene a todos. A cambio lo que queráis, lo que pidáis, nuestros nueve diputados siempre con vosotros y lo que haga falta».

Salvo acusarle de haber sido el responsable de poner detrás de un biombo una urna sin garantías, por no repetir como lo calificaron algunos asistentes a esa plácida reunión en Ferraz, los dirigentes socialistas han difamado a Rajoy con tantas falsedades que parece imposible que sus militantes acepten una abstención.

Mariano Rajoy no ha cambiado su propuesta desde el 26 de diciembre. Ha ofrecido siempre una gran coalición a los partidos constitucionalistas para tener un gobierno fuerte y eficaz que se ocupe de las prioridades que tiene España. Pero hay partidos que han demostrado tener otras, distintas a las de la gente, por eso ya no les valen maniobras hipócritas para que haya gobierno y al día siguiente intentar destruirlo. Es tan evidente y burdo lo que realmente buscan, y para qué lo buscan, que no creo que con esas formas y con esos objetivos engañen a nadie.

Los españoles no queremos otras elecciones. España necesita un gobierno estable apoyado con responsabilidad y lealtad. Esa es la solución, lo otro un paripé.