Reyes Monforte

Patio de vecinos

Patio de vecinos
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Para hacer una película, pero de terror, aunque puede que derive en una comedia de humor negro. Unos huesos que se van de copas. Encuentros en los bares con pruebas forenses sobre las mesas. Escenarios del crimen alterados. Rumores. Cotilleos. Patio de vecinos.

Una forense cansada que durmió 3 horas antes de enfrentarse al caso más importante de su carrera, en el que no tuvo ni lupa ni los medios que dice necesitar, sin olvidar su escasa experiencia con muestras incineradas. Y entonces ¿qué hacía allí? Luego se «iluminó», aunque de poco sirviera. Y por si faltara algo para contribuir al circo, aparece Emilio Hellín, asesino de la joven Yolanda González en 1980, condenado a 43 años de prisión, deportado, huido, encarcelado y ahora colaborador de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Con eso ya nos vamos haciendo una idea del patio de vecinos en el que estamos.

Desde luego si para algo está sirviendo este juicio, porque está visto que para encontrar a los niños –como sucedió con Marta del Castillo– no , es para demostrarnos que la Policía Científica no es el CSI, que las investigaciones policiales no se asemejan a Elementary, que nuestro sistema judicial no ha visto ni de lejos a Perry Mason ni los periodistas somos Lou Grant. Demasiada tele, sin duda.

Esto es la vida real, donde las víctimas cada vez que acuden a la Justicia, pierden y los delincuentes se van de rositas. Quizá deberíamos montarnos menos películas y organizar menos «shows».

Ayer Bretón salió sonriendo del juicio. Motivos tuvo. El resto mejor nos ponemos a llorar al ver cómo está el patio. Como para hacer justicia. Como para confiar en ella.