Manuel Cobo

Si quieres sorpresas...

La Razón
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En el Partido Popular está descartada esa inadmisible forma de actuar que tienen algunos ansiosos dirigentes de otros partidos que parecen decir a los españoles: «Si quieres sorpresas... vótanos».

Los votantes tienen derecho a saber cuáles son laspropuestas de cada partido político para los próximos cuatro años, y votar de acuerdo a sus preferencias, eligiendo al partido que está más cerca de sus ideas y rechazando a los que tienen planteamientos contrarios.

¿Se respeta la voluntad de los votantes después de laselecciones? Creo que es evidente que sólo eligiendo al Partido Popular se tiene la garantía de que no va a haber ningún engaño con el voto, que si el presidente es Mariano Rajoy, la gestión que se llevará a cabo seguirá mejorando la situación, como ha ocurrido en estos últimos cuatro años, siendo la prioridad los más necesitados.

En ningún caso, el voto al Partido Popular irá directa o indirectamente a partidos radicales y extremistas. Pero, si quieres sorpresas... vota a cualquier otro partido. Ya ha ocurrido en anteriores elecciones, y va seguir ocurriendo; el máximo representante de un partido nos volverá a decir rotundamente «no pactaré con aquél», y muchos votantes le creerán, y con más motivo cuando el partido con el que rechaza pactar devuelva el desprecio criticando con dureza las propuestas, la historia, y hasta la existencia del partido «rechazante». ¡Qué gran teatro! No hay más que ver en cuántas comunidades autónomas y ayuntamientos los votantes han sido engañados. Sólo el voto al Partido Popular garantiza que se utilizará para elegir presidente a quien encabeza la candidatura que has votado. Votando a otros partidos, por ejemplo a Ciudadanos, no sabes qué harán con tu voto; es posible que tu voto y otros muchos no sirvan para conseguir ni un solo diputado en tu circunscripción. En las elecciones autonómicas en Castilla-La Mancha, cerca de cien mil votos de Ciudadanos no obtuvieron ningún diputado y no sirvieron para nada, o mejor dicho, aquellos noventa y cuatro mil votos que fueron a la papelera permitieron que fuera posible un arreglo entre el PSOE y Podemos. Es necesario recordarlo, porque esos votos perdidos han impedido que gobierne quien había ganado las elecciones, María Dolores de Cospedal, y que los votos a Ciudadanos han dado la llave del gobierno a los radicales de Podemos. También es posible que tu voto sirva para que el partido al que has votado se abstenga, como hacen constantemente, dejando que otros gobiernen con políticas contrarias a lo que piensas; o es posible, porque también lo han hecho, que el partido de Albert Rivera ayude a los que están dispuestos a pactar con quien sea a cualquier precio. Ciudadanos y el PSOE se han apoyado mutuamente, como en la investidura de la presidenta de la Junta de Andalucía, y en muchos ayuntamientos y diputaciones. Con Compromís, los socialistas han hecho piña, como la han hecho Podemos y sus semejantes, y en algún caso, y es muy llamativo, también Ciudadanos. En Cataluña concejales socialistas han apoyado incluso a alcaldes independentistas.

La cita marxista –de Groucho Marx, aunque su origen es anterior– «estos son mis principios, si no le gustan tengo otros», la han aplicado en las elecciones autonómicas y municipales reiteradamente. En las generales, si pudieran, la utilizarían con las variantes que hiciera falta. «Albert, soy Pedro, éste es mi programa, si no te gusta tengo otro compatible con el tuyo, pero además tengo un tercer programa casi idéntico al de Pablo, que seguro quiere pactar»

Los españoles no van a permitir que algunos partidos los vuelvan a traicionar, ya han comprobado la facilidad que tienen los irresponsables para pactar con quien sea. Además, nos lo dicen sin avergonzase. Hace poco, Pedro Sánchez escribía en una tribuna sobre lo que él denominaba «una centralidad política –aclaraba que no de espacio de centro– del PSOE», dejando claro que el voto al PSOE puede acabar sirviendo para apoyar cualquier disparate. Decía el secretario general de los socialistas: «Una centralidad que nos permite pactar con distintos actores políticos en función de los diversos resultados y las diferentes realidades». ¡Pactarán en función de los resultados! Muchos hombres y mujeres querrían que en política también se pudiera tener algo parecido a ese buen compromiso con el cliente que con tanto éxito ha popularizado, desde finales de los años sesenta, El Corte Inglés: «Si no queda satisfecho, le devolvemos su voto». Pero no es posible, o sí. El 20 de diciembre puede ser un gran día, para recordar y recuperar tu voto, el que utilizaron para favorecer a quien no elegiste, y si tú quieres, para confiar en el Partido Popular, sabiendo qué votas y a quién votas. Si quieres sorpresas y que te digan quién será el presidente del Gobierno, sin que tú lo hayas elegido, vota a cualquier otro partido, que ya se reunirán en el reservado de un restaurante, con tu voto y los de otras personas, para negociar y decidir a tus espaldas quién será el que más les interesa a ellos, no a ti.

Si no quieres sorpresas y que tu voto no sirva para pactar con cualquiera, en función de los resultados, de las diferentes realidades, y de las múltiples ambiciones, vota a quien no te va a fallar, a una persona de palabra, a quien con tu ayuda y tu esfuerzo, está sacando a España de la crisis, a Mariano Rajoy, vota al Partido Popular.