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Paloma Pedrero
Trabajo
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Del latín tripalium, que significaba literalmente «tres palos» y era un instrumento de tortura formado por tres estacas a las que se amarraba al reo para torturarle. Con el tiempo adquirió el sentido de penalidad. Y así parece que seguimos viviéndolo. Pero yo lo pienso de manera muy distinta. Creo que cuando se forjó el mundo estaba lleno de obstáculos y las personas no podían prosperar. Tenían que afanarse en quitar todo aquello que impedía o retrasaba el desarrollo de su felicidad. Para mí, pues, trabajar es quitar trabas para conseguir un mundo superior. Cada uno ha de eliminar aquellas que su condición, su ímpetu o habilidad le permitan realizar con mayor fortuna. Cada uno tendría que tener la posibilidad de probar y elegir de qué trabas ha de librar al universo.
Esto es sólo una idea, claro. A la mayoría de la gente no le gusta su trabajo y no lo hace con alegría. Sufre y sigue sintiéndose en aquel tripalium de tres estacas con el que se torturaba a los esclavos. Otros, aún sin haber podido elegir, quitan las trabas con enorme eficacia y simpatía. Estos me parecen a mí los más admirables porque son conscientes de que la dicha está en sus manos, que su actitud ante la vida y los otros será lo que la determine. Finalmente estamos los que pudimos elegir y nos dedicamos a aquello que, aunque también fatiga, nos gusta. Eso que nada tiene de tormento. Éste habría de ser uno de los grandes objetivos de personas y políticos. Conseguir una educación que nos permita saber qué es lo nuestro. Y hacer del trabajo un derecho gozoso. Un acto de dignidad. A todos los que están volviendo al trabajo les deseo lo mejor.
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