Ely del Valle

Trago

La semana en la que buena parte de nuestros pueblos celebran sus fiestas grandes, Dolores de Cospedal, Javier Arenas y Francisco Álvarez-Cascos harán su particular romería para declarar ante el juez Ruz por el «caso Bárcenas». Lo harán como testigos diez días después de la comparecencia de Rajoy en el Congreso. Una situación complicada. Cualquier tema relacionado con la corrupción goza en estos momentos de la máxima antipatía, y éste, el del ex tesorero, ha calado, entre otras cosas porque en él está comprometida la palabra del presidente del Gobierno en sede parlamentaria, y la estructura de su partido, que podría sufrir modificaciones importantes en breve.

Lo que van a testificar Cospedal y Arenas no es ningún misterio. Ambos han declarado que se sienten tranquilos y con ganas de presentarse ante Ruz, lo que confirma que no habrá sorpresas y mantendrán lo dicho: que Bárcenas miente.

Lo que tenga intención de declarar Álvarez Cascos es algo que se presta más a la especulación. De los tres es el único que no pertenece ya al PP, y desde su reciclaje, las relaciones con el partido no han sido como para componer un bolero. Todo dependerá de cómo se le haya despertado el carácter esta mañana.

Sea como fuere, lo cierto es que la comparecencia ante el juez de tres personas con importantes responsabilidades en el Partido Popular es un trago. Es verdad que, si son inocentes, su mejor arma de defensa es testificar ante el juez, que es el único, mal que le pese a alguno, con potestad para decidir quién nos está tomando el pelo, pero también está claro que hay imágenes más favorecedoras, y que ésta, aunque necesaria para llegar al fondo de este farragoso asunto, no es con la que el PP soñaba para ilustrar sus vacaciones de verano.