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El Comité Federal, las ovejas y el peor día de García Page
El Comité Federal del PSOE de hoy quizá sea el último –en una larga temporada– en el que alguien discrepe
Fray Luis de León (1527-1591), agustino, al que la leyenda –no hay constancia– atribuye aquello de «decíamos ayer», cuando volvió a dar clase tras varios años encarcelado por la Inquisición, también habría escrito que «los pastores serán brutales mientras las ovejas sean estúpidas». Pedro Sánchez ratifica hoy, en el Comité Federal del PSOE, su control absoluto sobre el partido y vuelve a demostrar que «lo que importa no es la razón, sino el poder», como defendía Joseph de Maistre (1753-1821), uno de los grandes referentes del pensamiento reaccionario, opuesto a la Ilustración. El presidente del Gobierno, al inicio del curso político, ha vuelto a tomar la iniciativa y, por muy complicada que sea la aritmética parlamentaria, está decidido a lo que sea para seguir en la Moncloa y, además, asegurarse el futuro en su partido. Por sorpresa, como tantas otras veces, ha convocado un Congreso para afianzar su poder y erradicar la mínima disidencia interna. El PSOE es Sánchez y sólo Sánchez y cientos, incluso miles, de militantes dependen del líder para conservar sus puestos, que son también su «modus vivendi».
El Comité Federal del PSOE de hoy quizá sea el último –en una larga temporada– en el que alguien discrepe. Emiliano García Page, presidente de Castilla la Mancha, no tiene más remedio que exponer su oposición al acuerdo PSOE-ERC sobre el pacto/concierto fiscal en Cataluña. Es un mal día para el manchego. Si calla y asume la política de Sánchez hará un ridículo espantoso. Si habla, será denostado y derrotado. El aragonés Lambán, de retirada y el extremeño Gallardo, pueden sumarse a Page, pero saben que serán fulminados tras el Congreso del PSOE de noviembre. El líder Sánchez no quiere «pepitos grillo». García Page, porque preside una Comunidad, sobrevivirá un tiempo, pero es muy probable que sus votantes lo abandonen la próxima vez. Ha hablado mucho y ha discrepado, pero hasta ahora, a la hora de la verdad, siempre ha cerrado filas con el gran jefe. Hoy no lo tiene tan fácil, pero en la práctica está casi solo. Los diputados manchegos en el Congreso de los Diputados le deben sus puestos –y sus ingresos– a Sánchez y, claro, apoyarán el concierto fiscal catalán, aunque sus electores no lo entiendan. Lo mismo ocurre con parlamentarios de otras zonas –Aragón y Extremadura entre ellas suspicaces con el pacto catalán– y, por supuesto, con la práctica totalidad de miembros de un Comité Federal, tan manso y pastoreado –si no con brutalidad, sí con contundencia–como las ovejas estúpidas de las que escribió Fray Luis de León.
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