Sin Perdón

Conde-Pumpido debería abstenerse

«Ningún jurista de prestigio y con principios éticos sería capaz de firmar semejante esperpento»

En unos pocos días, Conde-Pumpido perpetrará una de las mayores felonías de la Historia del Derecho. El PP ha reclamado que se abstenga en el Pleno del Tribunal Constitucional que resolverá el recurso de inconstitucionalidad contra la Ley de Amnistía. Las razones son objetivas, ya que está contaminado. En primer lugar, el Gobierno aseguró a los representantes de Junts que la sentencia sería favorable. Es un tema tan escandaloso que el presidente del Tribunal debería presentar su renuncia. Es mucho peor que el polémico voto de Manuel García-Pelayo con la sentencia sobre Rumasa. Hay que seguir el mismo criterio aplicado con la injusta decisión de apartar al magistrado José María Macías, aunque en este caso por razones incuestionables. Estamos ante una inaceptable manipulación de un órgano constitucional para complacer los intereses espurios de Conde-Pumpido. La realidad es que la sentencia es muy fácil de redactar, si tuviera la misma ausencia de principios que el servil presidente del TC, la haría en un fin de semana. No tiene ningún mérito, porque lo único que hay que hacer es hilvanar mentiras al más puro estilo de un defensor del uso alternativo del Derecho. Ningún jurista de reconocido prestigio y con principios éticos sería capaz de firmar semejante esperpento.

Hay que aclarar que el texto ha sido redactado por letrados de adscripción temporal. Es decir que no han pasado una oposición, sino que ocupan esa plaza por tres años renovables gracias a un abominable sistema dedocrático que permite colocar amiguetes con el único aval de tres magistrados. Es una anomalía que no se convoquen oposiciones y, por tanto, no hay un cuerpo de letrados independientes que no estén al servicio de quienes les nombraron. Es algo que no sucede en las Cortes Generales o el Consejo de Estado. Conde-Pumpido se limitó a elegir a los que fueran más afines al sanchismo y más dispuestos a hacer el trabajo sucio de elaborar el informe, ya que se juegan su renovación. Por supuesto, a este incentivo estará el pensar en su futuro, como hace su patrón, a la espera de ser recompensados por Sánchez. La solidez del Estado de Derecho se basa en que funcione el sistema de pesos y contrapesos, algo que no sucede con la politización que ha impuesto Conde-Pumpido en el Tribunal Constitucional.

Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)