Apuesta firme y necesaria por los autónomos

Para entender el peso de los autónomos en la economía nacional, basta el dato de que nuestro país ya es el tercero con mayor incidencia de los autoempleados en el mercado laboral de la Unión Europea, con una cifra 3,2 millones de trabajadores, que representan el 18,3% de los dados de alta en la Seguridad Social y que, por ejemplo, generaron 107.248 empleos netos, el 27,6% del total, en el primer semestre del año. Su relevancia en que el país haya superado la peor crisis de la historia de la democracia ha sido absoluta, al igual que en el hecho de que España sea la que más crece entre las principales economías comunitarias. Se entiende y se comparte entonces que el nuevo Gobierno, junto a Ciudadanos, haya decidido que su primera gran iniciativa en la legislatura que acaba de arrancar sea una reforma del Trabajo Autónomo que dinamice y facilite la estabilidad, la consistencia y el progreso del colectivo. La propuesta atiende en buena medida las principales demandas de los autónomos en cuanto a la flexibilización de las cotizaciones (se prolongarán a dos años las bonificaciones para los nuevos emprendedores), mejoras en las prestaciones, priorizar y apostar por innovaciones que han demostrado su eficacia, como la tarifa plana (se ampliará a un año) y el combate de la morosidad, entre otras. Es un avance importante, necesario y, sobre todo, justo en un camino de respaldo sin fisuras a un colectivo clave en el que se debe perseverar.