Esa publicidad que fomenta la trata

Dentro del plan contra la trata y la explotación sexual de las mujeres que se aprobó en el último Consejo de Ministros se incluye una propuesta de unificación y generalización de las ordenanzas municipales para acabar con la publicidad exterior de los prostíbulos y de los domicilios donde se ejerce la prostitución, que se extiende desde hace tiempo por el paisaje urbano, incluso en las inmediaciones de colegios e institutos de enseñanza. La medida, que deberá ser acordada entre el Gobierno y la Federación Española de Municipios y Provincias, responde a la realidad de sobra constatada por las unidades de la Policía y la Guardia Civil que luchan contra las redes de esclavitud sexual de que detrás de esos anuncios se esconden las mafias de tráfico de mujeres. La medida debería extenderse también a todo tipo de publicidad de la prostitución, sin distinción de soportes, puesto que se trata de una lacra social que va en aumento y que hunde sus raíces en la miseria que reina en muchos países del Tercer Mundo e, incluso, de la propia Europa. La lucha contra las mafias de la trata, que actúan de manera brutal sobre sus víctimas, debe abordarse desde todos los aspectos del problema y uno de ellos es, por supuesto, el de los medios que emplean para fomentar la prostitución.