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Excelentes datos de empleo

La Razón
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Hablar de una sociedad con pleno empleo puede ser una utopía o el espejismo de un pasado que ya no volverá, pero es necesario crear una economía fuerte que asegure el bienestar de todos. Puede hablarse de un modelo sostenible en el que se ponga en marcha todo el potencial productivo de un país, de su conocimiento tecnológico y científico. En el caso español, el desempleo ha sido el mal endémico de nuestra economía, aun situándonos entre las primeras del mundo y la cuarta de la zona euro. La crisis económica alcanzó las mayores cotas de paro en 2012, con 4.848.723. Los datos anunciados ayer registraron en 2016 la mayor bajada de la serie histórica, con 390.534 desempleados menos, según el Ministerio de Trabajo. Pero existe un dato aún más importante: en un solo año se han creado 540.655 puestos de trabajo con afiliación a la Seguridad Social. Es decir, el aumento de la afiliación ha permitido que el número total de cotizantes llegue a los 17,8 millones, mientras que el número de desempleados registrados en las oficinas del paro ha bajado hasta los 3,7 millones. La calidad del empleo en España está marcada por la estacionalidad de los sectores productivos y, de manera especial, del turismo y de la agricultura. El año pasado aumentó un 7,55% el número de contratos, firmándose 19.978,954, de los que 1.713.262 son indefinidos y 18.265.692, temporales, lo que supone que el trabajador puede firmar varios a los largo del año. Lo que hay que tener en cuenta en este caso es que los contratos fijos han crecido un 13,52%, el doble que los temporales. Es una buena tendencia. Lo que revela el descenso del paro es la recuperación y cómo ésta ha incidido en el consumo interno como motor de la economía. En concreto, ha habido dos sectores que han encabezado la afiliación: comercio, con 80.189 cotizaciones nuevas, y hostelería, con 77.737. Por lo tanto, puede decirse que 2016 ha sido un buen año, tanto en términos de creación de empleo como en reducción de desempleados. Estos datos deben, además, ser valorados de manera global, ya que favorecen tanto al trabajador que encuentra empleo como al sistema de pensiones y a la activación del consumo. Hay que tener en cuenta que, desde 2012, la recuperación de puestos de trabajo ha sido constante y que sólo cabe seguir manteniendo esa tendencia. Mariano Rajoy fue ayer muy elocuente cuando dijo que «ahora el gran objetivo es que vuelva a suceder en 2017, 2018 y 2019», para llegar a los 20 millones de empleos en 2020. Éstos son los objetivos del Gobierno, avalados en estos momentos por una economía que crece a un 3,2% y crea empleo a un 3,4%. Al drástico recorte social, a mediados de mayo de 2010, del último Gobierno socialista –tal y como exigía la Unión Europea, incluso Barak Obama–, siguieron las reformas emprendidas por Rajoy, de manera especial, la laboral, en un momento en el que el empleo caía al 30%. Pasada la primera legislatura, se ha corregido esa tendencia y están marcadas las pautas del crecimiento. La protección social es necesaria para paliar los destrozos de la crisis, pero ninguna política de crecimiento se puede basar exclusivamente en las prestaciones de desempleo. Es necesario estimular el mercado y a las empresas para favorecer la contratación, y eso sólo es posible con políticas que ayuden al crecimiento. El PSOE no se mostró partidario de retirar la reforma laboral y abogó por mejorar, bajo su criterio, puntos concretos. La estabilidad política que asegura el actual Gobierno de Rajoy es la pieza fundamental para seguir creando puestos de trabajo. Es por ello necesario el máximo consenso entre las fuerzas políticas.