Elecciones andaluzas

Otra Andalucía es posible

La intervención del presidente del Partido Popular andaluz, Juan Manuel Moreno, en el foro «LA RAZÓN de...» venía precedida por la noticia de una nueva decisión de la juez Mercedes Alaya, ampliando a 15 imputados más la instrucción del llamado «caso de los ERE», una de las tramas de corrupción más graves de la reciente historia de España –en la que ya están implicadas en diverso grado 166 personas– y que, forzoso es decirlo, está contribuyendo a la proyección exterior de una imagen distorsionada de la auténtica Andalucía. Esa falsa versión «en blanco y negro de una comunidad lastrada por el desempleo y la corrupción», en palabras del propio Juan Manuel Moreno, olvida la realidad de una de las regiones españolas con mayor potencial, líder en la industria turística y en el sector agroalimentario, con una población joven y que mira al futuro. Pero la cristalización de esas virtualidades adolece de una anomalía política como son los treinta y dos años de gobierno socialista, que ha hecho de la Junta de Andalucía una maquinaria burocrática gigantesca, clientelar y anclada en prejuicios ideológicos, a contracorriente del devenir de los tiempos. Una anomalía más irritante, si cabe, porque ni siquiera representa a la mayoría de los andaluces, que, como bien señala Juan Manuel Moreno, dieron su confianza al PP en las últimas elecciones autonómicas, reiterando un deseo de cambio plasmado en el ámbito municipal, donde los populares gobiernan en 170 municipios, incluidas las ocho capitales de provincia y 22 de las 25 principales ciudades de la comunidad. Con todo, el mayor problema, y así lo denuncia el presidente del PP andaluz, es el inmovilismo de un Gobierno autonómico condicionado por su pacto con los comunistas en un momento histórico clave que exige afrontar un programa de reformas de entidad, al menos, comparable con el llevado a cabo por el Gobierno de Mariano Rajoy, cuyos buenos resultados empiezan a percibirse. Por ello, Juan Manuel Moreno alerta, desde el contraste de los hechos, de que se corre el riesgo de que Andalucía se quede al margen de la recuperación general, como revela, sin ir más lejos, el comportamiento del empleo: mientras que en el conjunto de España el paro comienza a descender, en la comunidad andaluza no deja de crecer, alcanzando una tasa de desempleo del 36,3%, la mayor entre todas las regiones de la Unión Europea. Es evidente que el modelo socialista, con un liderazgo que ha sido incapaz de obligar a sus socios de IU a cumplir las normas, ha dado de sí en Andalucía todo lo que podía dar. Es preciso, pues, conseguir el cambio en Andalucía, entre otras razones, porque su potencial significa mucho para el conjunto de España. Esperemos que Juan Manuel Moreno sea capaz de liderarlo. Capacidades y argumentos no le faltan.