Al portador

La erótica del último minuto y la ambición de Lady Cohete

Yolanda Díaz, la Eva Perón gallega, ahora Lady Cohete, tras despertar del sueño y de la ambición de ser presidenta –se lo creyó y quizá todavía lo crea– por su magro resultado electoral, aspira la vicepresidencia primera, al lado de Sánchez

Rita Mae Brown, escritora americana, activista LGTBI y famosilla, más que por su obra, por haber sido novia, entre otras, de Martina Navratilova, es de esas personas que cree que «si no fuera por el último minuto, nada se haría». Los manuales futuros, los habrá, de procrastinación es probable que estén encabezados con esas palabras que también describen el largo y tedioso camino hacia la investidura de Sánchez. Todo parece «atado y bien atado» –¿quién diría eso?–, pero Puigdemont, el prófugo y el «pirado» de Waterloo, sabe que es el gran protagonista mientras mantenga el suspense de si apoyará, como está descontado, o no, al líder sociaslista. «Tómate tu tiempo para deliberar, pero cuando llegue el momento de la acción, deja de pensar y entra», decía Napoleón (1769-1821). Un día más de negociación, es un día más de estrellato para el expresident, feliz con la erótica del último minuto, y para el asunto catalán. Ignacio Varela acaba de recordar que, desde el 23-J, solo se habla de Cataluña y que eso no hubiera ocurrido si los votos de Junts no fueran imprescindibles para la investidura.

Los árboles catalanes, incluida la manifestación de mañana en Barcelona contra la amnistía, ocultan un bosque que tampoco está tranquilo y en el que ocurren cosas sorprendentes y otras que pueden traer consecuencias a largo plazo. Yolanda Díaz, la Eva Perón gallega, ahora Lady Cohete, tras despertar del sueño y de la ambición de ser presidenta –se lo creyó y quizá todavía lo crea– por su magro resultado electoral, aspira la vicepresidencia primera, al lado de Sánchez. Todo despejado si Nadia Calviño logra presidir el Banco Europeo de Inversiones, que todavía está por ver. Mientras tanto, Lady Cohete explica con desparpajo que cuando lleva a su hija al colegio otras madres le aplauden que visitara a Puigdemont a Bruselas. Entronca con la tradición y con aquella ministra que oía hablar de la renovación del Consejo General del Poder Judicial en el Metro de Madrid. El árbol de la amnistía, del que ya brotan gruesas ramas confederales que nadie sabe hasta dónde crecerán, también oculta el bosque económico y, por supuesto, que Cataluña ocupa el último puesto en el Índice Autonómico de Competitividad fiscal que elaboran la Fundación para el Avance de la Libertad y la Tax Foundation. Sí, la economía va mejor que otras europeas, pero aunque el tuerto sea el rey en el país de los ciegos, no deja de ser un tullido, al que tampoco beneficia dejarlo todo, por mucha erótica que tenga, para el último minuto, como le gusta a Rita Mae Brown.