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Parresía

Gobierno de colisión

El exministro no tenía un duro, estaba solo en la vida… Eso nos repetía hace poco más de un año, ya expulsado del PSOE

Llueve, llueve y vuelve a llover. Meteorosensible, migrañosa, congestionada, profundamente alérgica, os saludo hoy bajo la ola de esta primavera que, en lo político, huele a total incertidumbre. Pensad en cuántos Gobiernos se mantienen, aquí y allí, cogidos con pinzas. O en esas guerras tan cercanas e interminables, a pesar de lo que cacaree Donald Trump.

Ahí fuera, manda Vladimir Putin. Aquí dentro, Carles Puigdemont (como recordó el otro día García-Page).

Si por un momento apartamos de la ecuación al independentismo, nos queda un Ejecutivo más de colisión que de coalición. Ayer mismo, Sumar votó en el Congreso a favor de que España salga de la OTAN mientras el presidente socialista, desde Bruselas, nos apuntaba –sin haberlo debatido previamente en nuestro Parlamento– al rearme comunitario, para defendernos todos juntos de Rusia (aunque a Sánchez no le guste el término «rearme», eso es, precisamente, lo que nos toca ahora).

¿Significan estos últimos movimientos antagónicos de PSOE y Sumar que ambos romperán definitivamente? Para nada, ¡no sea que gobierne la derecha! Veremos a Junts y ERC pelearse frente a las cámaras, asistiremos a muchos más reproches cruzados entre los socios de Sánchez, pero nunca llegará la sangre al río. Eso solo ocurriría si los agentes te pillan en actividades del estilo Ábalos.

El exministro no tenía un duro, estaba solo en la vida… Eso nos repetía hace poco más de un año, ya expulsado del PSOE. Ahora, en el informe de la UCO, le salen al menos once familiares directos involucrados en dudosos movimientos de dinero. Varias mujeres, hijos y un patrimonio propio de un millonario (ocho pisos, locales y terrenos aquí y en terceros países). ¿Qué hacía Koldo García, ese chófer suyo que, además, era testaferro? Y todo lo que aún está por salir… ¡Ábalos se merece una serie, por lo menos!

Su paisano Carlos Mazón –miremos ahora al PP– apenas se ha dejado ver en la semana grande de su tierra. En este país nuestro en el que la palabra «dimitir» se esquiva permanentemente, no extraña lo de su pacto presupuestario con VOX para seguir en el cargo, pero molesta. Duele que una tragedia tan tremenda como la dana no haya provocado la dimisión –en bloque– de todos los directa o indirectamente responsables de la gestión regional y nacional del desastre.

Que alguien me explique, por cierto, que vaya a celebrarse en breve un Congreso del PP europeo en Valencia y su líder principal en España se borre de esa foto de familia. ¿Será porque posará también Mazón? Feijóo conoce como pocos el daño que te puede hacer una foto y, sin embargo, evitar Valencia esos días no parece lo más acertado.