El trípode

Manos de Sánchez: Puigdemont su derecha y Otegi su izquierda

Bildu tiene seis escaños en el Congreso, apenas uno menos que Junts, pero suficientes para derribarle si lo quisieran

La norma establecida por este «plurinacional» Gobierno en la tradicional rueda de prensa convocada tras el Consejo de Ministros semanal (ahora los martes), ha dejado de ser –como había sido hasta ahora la costumbre respetada por todos los gobiernos de uno y otro signo– la de informar de lo aprobado y tratado en dicha reunión, para convertirse en una descalificación de la oposición. Es una manifestación más de la «okupación» de las instituciones del Estado por parte del sanchismo, convirtiendo en este caso, la sala de prensa del Palacio de La Moncloa en la virtual sala de prensa de la calle Ferraz. O también en la tribuna del Hemiciclo del Congreso, pero por supuesto, sin derecho a réplica alguna por parte de la oposición.

La portavoz gubernamental, ministra de Educación y candidata socialista de facto a la presidencia de Aragón, se ciñe al guion oficial elaborado para la ocasión por el sanchismo. Ayer era denso, dada la actualidad política a caballo de la serie de mensajes Sánchez-Ábalos y el show de Eurovisión y RTVE, a cuenta de la cruzada sanchista contra Israel. Sobre lo primero, manifestó que el Gobierno está, por supuesto, «muy tranquilo» y sobre lo segundo, descalificó al jefe de la oposición por –a su juicio– «haberse tomado a broma» el drama humanitario en Gaza, que ha llevado a que Sánchez lidere una total ofensiva política contra Israel, pidiendo su expulsión de Eurovisión, entre otras medidas.

La referida broma es que Feijoo aludió respecto al festival de Eurovisión que a Sánchez no le preocupa que «cante Israel» sino que trata de desviar la atención en previsión de que «cante» alguien de su Gobierno a cuenta de esos mensajes, ante lo que la portavoz expresó, el acoso continuo al Gobierno por parte de la derecha y la «ultraderecha», y que está en plena sintonía con lo manifestado por su «progresista» aliado parlamentario Otegi, acudiendo en su ayuda denunciando la existencia de «una operación por tierra, mar y aire para derribarle».

Bildu tiene seis escaños en el Congreso, apenas uno menos que Junts, pero suficientes para derribarle si lo quisieran. Es un nítido ejemplo para explicar en pocas palabras en qué manos está el actual gobierno frente-populista de Sánchez: Puigdemont a la derecha y Bildu a la izquierda. «Con esos bueyes pretende Sánchez arar» los campos de España, para que la semilla sembrada dé buen fruto y abundante. Es decir, gobernando y trabajando con ambos para procurar el interés general de España y el bien común de los españoles. Que, como todo el mundo sabe, es algo deseado por los referidos buenos españoles.