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Tribuna

Otros veraneos (VII). Keflavik

Cada destacamento no deja de ser un reto. Porque no es solo cuestión de llegar. Las preparaciones deben ser exhaustivas, complejas

«Es la primera vez que un contingente español despliega en Islandia, lo que es un gran honor para los que formamos el destacamento “Stinga”». Contacto con el teniente coronel del EA Ichaso Franco al frente de un contingente de 101 hombres y 21 mujeres en la Base Aérea de Keflavik al suroeste de Islandia, operando 6 aviones F-18 del Ala 15 (Zaragoza) apoyada por otras 12 unidades del Ejército del Aire y del Espacio, en lo que es su sexta misión de Policía Aérea de la Alianza Atlántica. Esta vez, protegiendo su flanco norte. Conocido ya por nuestros lectores, «veraneaba» Ichaso el año pasado en la base rumana de Mihail Kogalniceau a orillas del Mar Negro. «Estoy abonado a estos veraneos fuera» dice, con buen humor.

Desde este pasado lunes día 28, tras pasar un proceso de certificación del Centro de Operaciones Aéreas de la OTAN (CAOC) de Uedem (Alemania) que evaluó positivamente sus tiempos de respuesta y los procesos de comunicaciones, el destacamento ejerce funciones en los cielos de Islandia durante uno de los diseñados bloques de tres semanas de concentrado trabajo. Relevaron a 6 aviones Gripen checos y serán relevados por otros tantos F-16 belgas. Lo hacen en el marco de la operación «Persistent Effort» aprobada en 2017 como respuesta a la anexión rusa de Crimea, ratificada desde 2022 con la de Ucrania. La misión busca demostrar la determinación colectiva de los Aliados, de disuadir a Rusia respecto a cualquier agresión o amenaza a los países Bálticos o a los del flanco este europeo. Dirigida por el Mando de Operaciones del Estado Mayor de la Defensa, España está hoy presente en Letonia, Turquía, Rumanía, Lituania y ahora Islandia

La Base Aérea de Keflavik tiene una densa historia militar que arranca de la Segunda Guerra Mundial. A pesar de que Islandia se había declarado independiente de Dinamarca en 1918 como «Reino de Islandia, neutral, sin ejércitos», tras la invasión de Dinamarca y Noruega por fuerzas del Eje en abril de 1940, desembarcaban en Reikiavik la capital islandesa, fuerzas anglo canadienses el 10 de mayo siguiente, lo que los insulares consideraron «violada su neutralidad». Churchill quería evitar a toda costa que ocupasen la Isla tropas germanas. En 1941 las fuerzas canadienses fueron reemplazadas por norteamericanas. La Base se consideraba un punto crucial, que permitió a los EE.UU. controlar las rutas aéreas del Atlántico Norte durante la contienda. Se retiraron en 1947, pero regresaron en plena Guerra Fría en 1951, permaneciendo en la Isla hasta 2006. En Islandia, que forma parte de la Alianza desde su fundación en 1949 a pesar de ser el único miembro que no tiene fuerzas armadas, fue tomando relevo la OTAN a partir de 2008. «Por aquí han pasado casi todos los países de la Alianza; desde este año España». «No obstante la US NAVY mantiene un destacamento casi permanente con aviones de patrulla marítima», confirma Ichaso.

Ciertamente Islandia, fiel a su neutralidad, no tiene ejércitos, aunque una potente Guardia Costera cubre muchos frentes, entre ellos el de apoyar estos despliegues. «Consideran verdaderamente necesaria la presencia de escuadrones de la OTAN».

Islandia se presenta ante los destacados como un país fascinante. Isla de extensión como la quinta parte de España, está habitada por 350.000 personas la mayoría de ellas asentadas en la costa. «Eran todos pescadores», me dicen y el interior está prácticamente deshabitado debido a que en esta llamada «tierra del hielo y el fuego» se contabilizan 200 volcanes, 30 de ellos activos. El ultimo de 2021 vomitó lava durante nueve meses. Pero su población convive con esta actividad, considera normal el olor a azufre, construye diques para canalizar los ríos de lava y mantiene vivo un Sistema Nacional de Seguros para paliar con presteza daños a sus habitantes.

Pero hay más: gracias a las condiciones geotérmicas de su suelo, puede disfrutar de una serie de ventajas que dan enorme calidad a la vida de un pueblo que normalmente solo disfruta cinco horas de luz al día y los inviernos son especialmente fríos. Me dice Ichaso: «mientras en Sevilla andan por los 40 grados aquí la media es de 14 aunque se pueden contar con los dedos de una mano, las veces que hemos visto el sol». «El mismo día que llegamos hubo una erupción volcánica a 13 kilómetros de la base; aún podemos ver la fumarola desde nuestros alojamientos».

Cada destacamento no deja de ser un reto. Porque no es solo cuestión de llegar. Las preparaciones deben ser exhaustivas, complejas, en las que se integran políticas de personal, seguridad, cartografía, carburantes, munición, reglas de enfrentamiento, pasaportes, seguros...

¡Suerte por los cielos de Islandia, querida Ala 15!

(1) Zaragoza-Keflavik sin escalas, con dos reabastecimientos en vuelo: uno dejando España, otro sobre Escocia.

Luis Alejandre Sinteses general (r). Academia de las Artes y Ciencias Militares.