Sin Perdón
Las ovejitas de Pedro Sánchez
«Los escándalos le están dejando una dura huella, pero supongo que no le compensa abandonar la vida palaciega»
El debate sobre la corrupción que afecta al PSOE y al Gobierno se desarrolló según lo previsto. Los aliados de Sánchez demostraron que son unas ovejitas que puede pastorear sin ninguna dificultad. Estaba convencido de que así sería, porque todos quieren seguir viviendo del pesebre y con un presidente del Gobierno debilitado. Por supuesto, Yolanda Díaz ejerció de edecán monclovita en un día triste porque acababa de morir su padre. Cuando la escucho, siempre reflexiono sobre su desparpajo, ya que cosecha derrota tras derrota, pero se arroga una representación del «pueblo» que jamás ha tenido. Se podía ahorrar su intervención ejerciendo de fan de Sánchez y dedicando su tiempo a atacar a Feijóo. Del debate podemos confirmar, una vez más, que el inquilino de La Moncloa es un sufridor que se sacrifica por los españoles, porque había pensado dimitir, algo que nadie se debe tomar en serio, pero no nos puede dejar solos. El aparato propagandístico monclovita y la fiel prensa del movimiento han sentenciado que sale reforzado, aunque es difícil entender en qué basan semejante análisis voluntarista.
La realidad es que vimos a un Sánchez cuyo rostro muestra un evidente deterioro y una enorme crispación, incluso cuando intenta ser irónico o sonreír en sus intervenciones. Los escándalos están dejando una dura huella, pero supongo que no le compensa abandonar la vida palaciega. Su intervención se centró en mostrarse como una víctima de los desaprensivos y corruptos Cerdán y Ábalos, proponer un enésimo plan contra la corrupción para que sus socios justifiquen su apoyo y, sobre todo, atacar a Feijóo. En esta etapa agónica del sanchismo, había preparado una batería de ataques, poco rigurosos, elaborados por sus escribidores monclovitas. En lugar de hablar del tema de su comparecencia y mostrarse riguroso, prefirió pastorear a sus ovejitas, que son muy felices descargando su odio en contra del líder del PP. Al final, la osadía e imprudencia de Sánchez utilizando una vez más la foto de Feijóo de hace casi cuarenta años en un barco con un contrabandista de tabaco, algo que desconocía, y su nuevo papel como abolicionista provocó una demoledora respuesta criticando los negocios que tenía su suegro: «¿De qué prostíbulo ha vivido usted?» y le acusó de ser «partícipe a título lucrativo del abominable negocio de la prostitución».
Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)