El trípode

«El Pearl Harbour de Israel»

Las dos últimas grandes contiendas entre los países árabes Egipto, Siria, Jordania y Líbano contra Israel, fueron las de los «Seis días» de 1967 y la del Yom Kippur, hace ahora 50 años.

La guerra entre Israel y Hamás, la organización terrorista que con su brazo político administra la Franja de Gaza y con su brazo armado ha desencadenado la actual situación, amenaza con provocar un terremoto geopolítico global de imprevisibles consecuencias. Conocida la determinante influencia ante Hamás de la República Islámica iraní –líder de la facción chiita musulmana minoritaria frente a la suní que encabeza Arabia Saudita– parece que el ataque por tierra, mar y aire de la madrugada del sábado 7 de octubre, tendría como objetivo inmediato boicotear el acuerdo alcanzado el pasado 22 de septiembre entre Israel y Riad para normalizar esas relaciones bilaterales. Este acuerdo, amparado por EEUU, fue anunciado por Netanyahu como un evento de gran importancia para la paz entre el mundo musulmán –no sólo árabe– y la comunidad judía. Un militar israelí portavoz oficial ha declarado que ese ataque había sido como otro «11-S» e, incluso, «su Pearl Harbour», lo que abunda en las palabras del P.M.

Netanyahu respecto a que será «una guerra larga, y que la ganaremos». Las dos últimas grandes contiendas entre los países árabes Egipto, Siria, Jordania y Líbano contra Israel, fueron las de los «Seis días» de 1967 y la del Yom Kippur, hace ahora 50 años. Ambas tuvieron un rápido desenlace pese a su enorme importancia, lo que contrasta con el actual conflicto, provocado por una organización terrorista que además administra un territorio de tan sólo 300 km2. Resulta muy llamativo que hablen de «su» Pearl Harbour, por cuanto aquel ataque japonés del 7 de diciembre de 1941, significó la inmediata entrada de EEUU en la Segunda Guerra Mundial, a lo que la opinión pública estadounidense se oponía claramente. Con ese compromiso, el presidente Roosevelt había sido reelegido, lo que generó muchas especulaciones acerca de aquel sorprendente fallo de su inteligencia militar. Algo similar a lo ocurrido en Israel, que gozaba también de indudable prestigio en ese ámbito. Induce a la reflexión esa singular coincidencia entre aquella ofensiva militar –que cambió la Guerra Mundial y la Historia– con el actual y sorprendente de Hamás, ambos con inexplicables fisuras en su inteligencia militar.

En estos momentos este «Pearl Harbour de Israel» puede desencadenar una guerra de consecuencias imprevisibles. El complejo industrial militar oculto en el «deep state» está de enhorabuena con pedidos masivos garantizados. La opinión pública estadounidense y el Senado no parecían muy dispuestos a seguir con una indefinida ayuda a Ucrania. Ya tienen su relevo. Pero están jugando con fuego, y muy peligroso en este caso.