Sin Perdón

Pedro Díaz y su cirenea Yolanda Sánchez

«Hay que tener paciencia para aguantar las burdas mentiras y engaños del sumo sacerdote del sanchismo y su vestal»

¡Yolanda!... ¡Pedro!.... cuánta pasión vivimos este miércoles entre Pedro Díaz y Yolanda Sánchez en el debate de perdedores. Miguel Barroso, «el Cubanino», podría organizar un culebrón venezolano protagonizado por los dos cursis de La Moncloa. El nivel que alcanzó la impostura fue delicioso. Y Pedro, con la inestimable ayuda de Yolanda, se sintió muy cómodo al estilo de un feriante que vende ungüentos capilares. Ahora ya sabemos que tanto monta monta tanto Pedro como Yolanda. Por ello, es bueno intercambiar sus apellidos. Fue un debate absurdo con las carantoñas de la parejita y fracasó la trampa que habían preparado contra Feijóo. Hizo muy bien al no acudir a TelePSOE. Y tras escuchar las declaraciones de Elena Sánchez, que ejerce como presidenta interina, me reafirmo en que RTVE no tiene solución hasta que se consiga su despolitización. Es un ente público que pagamos con nuestros impuestos y que está controlado con mano férrea por la izquierda periodística, así como por las redes familiares y clientelares.

Es muy simple: la izquierda es buena y derecha es mala. Ni Tom Cruise en «Misión Imposible» conseguiría que RTVE sea objetiva, independiente y fiel al principio de servicio público. Ahora mandan los «Mickys», como les llaman los colaboradores de Sánchez, con Elena al servicio de la propaganda monclovita. En todo caso, si es feliz me alegro por ella porque me cae bien. La gente que no esconde su ideología despierta mi simpatía. El moderador estaba encantado de haberse conocido y no paraba de repetir que Feijóo no había acudido. Lo de Yolanda y Pedro mostrando su buen rollito para confirmar que nos ofrecen un moderno Frente Popular con el antiguo aparato político y militar de ETA y los independentistas, fue fascinante. Pedro Díaz lleva una pesada cruz, pero tiene a Yolanda Sánchez como su cirenea, que mostró su cara más dura e implacable contra Abascal, cuyo rostro parecía un busto sumerio. Hay que tener paciencia para aguantar las burdas mentiras y engaños del sumo sacerdote del sanchismo y su vestal. Hemos pasado de la socialdemocracia al Frente Popular. Eso sí es volver al pasado. Es decir, a 1936.

Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)