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El trípode

Plan del «líder ultraderechista» y un «genocida» (según Sánchez)

A Sánchez en la UE y en la OTAN, ya le han tomado la medida y conocen sus tan frecuentes «cambios de opinión». No puede pretender engañar a nadie con «dos dedos de frente»

Tras comprobar que países árabes e islámicos han apoyado el plan de paz por no querer que la organización terrorista Hamás siga ocupando Gaza como lleva haciendo desde 2007, Sánchez declara que «España da la bienvenida a la propuesta impulsada por EEUU». Así que ahora el líder progresista apoya un acuerdo alcanzado entre el máximo dirigente de la «multinacional ultraderechista» y un «genocida», que son/eran –como es sabido– calificativos habituales utilizados por Sánchez para referirse a Trump y Netanyahu, respectivamente. Es un ejemplo más, y muy significativo, para acreditar la volatilidad de las opiniones, creencias, principios y valores políticos que definen al personaje. Ahora que la flotilla apoyada por Hamás, de crucero por el Mediterráneo, con Ada Colau entre los iconos de la misma, ha sido interceptada por Israel dando por finalizada su «humanitaria» misión, Sánchez deberá buscarse otra cortina de humo para distraer la atención respecto de las investigaciones judiciales que le rodean «por tierra y aire», ya que el «mar» Mediterráneo, la flotilla lo abandona por el momento. No es para tomarse a broma la situación de Gaza, por supuesto, como tampoco para organizar un crucero propagandístico, y encima custodiado por un buque de la Armada. La guerra es una realidad demasiado cruel y trágica para organizar ese tipo de eventos al servicio de la promoción de personajes ya demasiado conocidos por la opinión pública y la publicada. Y mucho menos para que la fiesta la acompañe un navío militar español y Albares se queje oficialmente de que esa flotilla sea interceptada por Israel en zona de exclusión marítima por la guerra. Aunque al menos, no se ordenó que con «Furor» se opusiera a la flota israelí. Sin embargo, desde Dinamarca, Sánchez dice que estudia todo tipo de acciones, así que esperemos no incluya entre ellas el declarar la guerra a Netanyahu. Como tampoco consta la decisión última de Hamás sobre el plan de paz. El refranero popular afirma que «se puede engañar a muchos, durante un tiempo, y a pocos durante mucho tiempo», pero que «no se puede engañar a muchos durante mucho tiempo». Eso le ha pasado a Sánchez en la UE y en la OTAN, donde ya le han tomado la medida y conocen sus tan frecuentes «cambios de opinión». No puede pretender engañar a nadie con «dos dedos de frente», liderando un Gobierno que es un auténtico Frente Popular social comunista mientras aparenta ser un líder occidental fiable. Y en estas condiciones, reafirma su decisión de seguir dos años más y presentarse a la reelección. Lo grave es que con él arrastra la reputación de España por el mundo.