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Insensateces

Protocolos

La vida siempre se abre paso en caminos que ninguno de nosotros ha previsto. La vida, y también la muerte, no han dejado todo escrito

Saltarse los protocolos. Qué cosa.

Jesús Sánchez.

Víctor. Manu. Dani. Y Sandra.

Un pediatra nos ha tocado esta semana la conciencia. No tenemos alas. No somos súper héroes. Pero tenemos mucha empatía. Se llama Jesús. Jesús. Ni más ni menos. Su trabajo trata, además, de acompañar a los niños que se van y a las familias que se quedan. En esos últimos instantes del viaje. Y, hasta para eso, tenían horarios estipulados. Y Jesús se lo saltó.

Aquella nena de cuatro años se marchó, pero Jesús estuvo ahí, hasta el final del proceso. Y le amonestaron. Pero la repercusión de su caso ha conseguido que la Consejería de Sanidad de su comunidad (qué más da la que sea) haya rectificado. A partir de ahora, los menores en cuidados paliativos van a poder estar atendidos las 24 horas del día.

Jesús ha sido capaz de cambiar, a base de sensatez, vocación y voz bajita, las férreas normas que pesan como elefantes.

Pero Jesús hay un montón.

Víctor. Manu. Dani. Y Sandra.

Estos policías nacionales estuvieron en el terrible suceso de El Hierro. El 28 de Mayo, inesperadamente, el cayuco se aproximó a La Restinga, pero nada funcionó como siempre. A tres metros del puerto, la embarcación se dio la vuelta. Y ahí murieron los más débiles. Siete mujeres. Siempre mujeres. Entre ellas dos niñas de cinco años y una de dieciséis. Siempre mujeres.

Y también ahí, esos cuatro policías decidieron que hay una cosa que está por encima del mando, de lo escrito, de lo que dictan las normas. Esos cuatro polis no entendieron de eso. Comprendieron que la vida, salvar una pequeña vida, es mucho más importante que los juramentos, que lo que se firma en la teoría, que lo que se piensa en los escenarios posibles. La vida siempre se abre paso en caminos que ninguno de nosotros ha previsto. La vida, y también la muerte, no han dejado todo escrito. No hay un protocolo que sepa anticiparse a un escenario que contempla los dos momentos más esenciales del ser humano. Así que, no nos jodan con las normas. Que la gente hace lo que puede. La que vive y muere. Y la que ayuda.