Sin Perdón
Sánchez declara su amor a Puigdemont
«Lo único histórico hubiera sido que anunciara un adelanto electoral»
No hay duda de que Sánchez hará lo que sea preciso para no abandonar La Moncloa e incluso se humillará visitando a Puigdemont en Waterloo. No hace tanto que quería meterlo en la cárcel. Es muy aficionado a declarar que las cosas que hace o aprueba son históricas. Es un recurso retórico característico de los políticos pomposos y populistas. Como era previsible, aprovechó este lunes para hablar de sus éxitos históricos y, como lo suyo no es, precisamente, la economía, confirmó que los datos no tienen nada de históricos o excepcionales, ya que son una consecuencia de un brutal endeudamiento. No está en mi intención criticarle por no saber economía, ya que los economistas dedican tiempo al estudio, hacen oposiciones y publican, como dicen ellos, «papers» porque este anglicismo queda muy bien. Un economista es alguien que sabe economía, al igual que un jurista es quien domina el Derecho y tiene prestigio entre sus pares. Es evidente que el Gobierno y, en general, la izquierda no tienen buenos economistas o juristas. Por tanto, hizo otra de sus comparecencias sustentadas en la propaganda y la mentira, que son sus instrumentos preferidos de acción política. Nada que nos tenga que sorprender. Lo único histórico hubiera sido que anunciara un adelanto electoral. No entiendo por qué algunos andan tan desorientados en esta cuestión.
He de reconocer que me divierte más escuchar a Puente y López, los «oscares», porque son los voceros perfectos del sanchismo. En el caso del primero, siempre me pregunto cuándo se dedica al ministerio, ya que es de gatillo fácil en las redes sociales. No hay duda de que los dos hubieran sido unos perfectos sans-culottes en la Revolución Francesa repartiendo panfletos a las órdenes de Robespierre. A diferencia del sector neandertal representado por Ábalos, Cerdán y Koldo, que eran personas de escasas lecturas, saben muy bien a lo que me refiero. El socialismo ha degenerado hasta llegar al sanchismo. Los mercenarios e inquisidores se han mimetizado, como buenos camaleones, con el paisaje monclovita. Nada que ver con los ministros del felipismo, que provenían de la gauche caviar, como se llamaba a sus iguales en Francia. Ahora, hasta los pijos socialistas prefieren ser unos sans-culottes para complacer al líder. Ni siquiera llegan al nivel de Camille Desmoulins.
Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)