Sin Perdón

Sánchez, un presidente convertido en un meme

«No importa que aguante, porque ha perdido el respeto de los españoles»

No hay nada peor para un político que hacer el ridículo y más cuando lo hace con insistente perseverancia. Cada día que pasa surgen novedades sobre la trama corrupta liderada por Santos Cerdán y Ábalos. A uno le gustaba mucho el dinero mientras que para el otro era el medio para mantener el sórdido nivel de vida que le organizaba su mamporrero. La lista de prostitutas es interminable, aunque Sánchez no sabía nada. No se enteraba ni de las corruptelas ni del sexo de pago. Es más, creo que a estas alturas ni siquiera sabía que existen mujeres que venden su cuerpo por dinero. No es más que un alma cándida que chapotea entre golfos, corruptos e indeseables de todo tipo. En otros tiempos crearía, con el dinero de su suegro, una asociación para redimir a las prostitutas y mostrar cuánto le repugnan estas prácticas sexuales. No descarto que lo haga cuando abandone la presidencia del Gobierno. Un buen moralista tiene que poner en práctica sus ideas. La UCO ha localizado un documento que sitúa a Santos Cerdán como propietario del 45% de una empresa implicada en los amaños y ha solicitado, además, que el juez rastree su patrimonio.

El otro día quedamos asombrados con la enésima expresión del inmenso ego presidencial cuando nos transmitió que no había comido. No creo que lo hiciera para desviar la atención, sino que es la más clara muestra de su escala de prioridades. Ha sido el centro de atención desde que era pequeño y tenía que compartir el gran esfuerzo que había hecho al no comer nada. Ni un modesto bocadillo para engañar el hambre. Me imagino que su dietista le debió abroncar, porque tiene que estar en forma para conducir nuestro país a las mayores cotas de progreso e influencia internacional de la Historia. Es un auténtico Hércules. Este miércoles me encontré a una compañera en los pasillos del periódico. El día anterior me había dicho que me traería un libro de dibujo y se lo recordé en broma. Como es muy ágil y divertida me respondió sonriendo: «Disculpa, no he comido y me he olvidado». Es una buena respuesta y muestra que el presidente se ha convertido en un meme. No importa que aguante, porque ha perdido el respeto de los españoles.

Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)