Canela fina

Telefónica está en las mejores manos

«Con José María Álvarez-Pallete, Telefónica está en las mejores manos, en las de un hombre especialmente capaz»

José María Álvarez-Pallete fue nombrado Business Leader of the Year por la Cámara estadounidense de Comercio. En 2017 la prestigiosa revista Forbes le reconoció como el mejor CEO de las empresas con presencia en España. Y Company le consagró entre los Most Creative People del año. La caravana de las distinciones internacionales prosigue su marcha incesante al subrayar la significación de José María Álvarez-Pallete que se ha convertido en nombre estelar en el mundo de la empresa española.

Durante la primera conversación que mantuve con él hace unos años me anticipó lo que iba a suponer la Inteligencia Artificial, la significación de la época cíborg y su proyecto, acariciado por la Real Academia Española, de que las máquinas se expresen en correcto español. «El 5-G –me dijo– navega a 1,2 gigabytes por segundo y multiplica la descarga de datos hasta el punto de que nos situamos ya en el internet de las cosas». Escribí entonces que Telefónica estaba en buenas manos. Ahora puedo puntualizar: está en las mejores manos.

Al frente de Telefónica, como presidente ejecutivo, José María Álvarez-Pallete se ha enfrentado con la deuda gigante que padecía la Compañía, ha desarrollado internacionalmente a la empresa en la globalización y la ha situado en la vanguardia tecnológica. A nadie puede extrañar que el sabio dinero saudí haya acudido a Telefónica. Ni que Sánchez, preocupado por la potencia de esta colosal empresa de telecomunicaciones, pretenda hacerse presente de alguna forma en ella. Pero no hay motivo para la inquietud. Telefónica está en las mejores manos: en las de un empresario español de alto prestigio internacional, tenaz capacidad de trabajo y lucidez permanente. O’Connell, en su libro Ser máquinas, explica el mundo que nos está invadiendo y en el que José María Álvarez-Pallete es alfil destacado. Los accionistas de Telefónica tienen conciencia clara de que no se puede gestionar mejor la Compañía, ni con tanta eficacia ni con tan excelentes resultados ni con tanta visión de futuro. César Alierta, tristemente desaparecido el pasado miércoles, acertó al apostar por Álvarez-Pallete en su sucesión telefónica.

Estoy ya en el entorno de los 90 años, lo que me permite escribir desde la independencia de una experiencia dilatada y por eso puedo reiterar que Telefónica se encuentra en las mejores manos y que asistiremos en los próximos años a su acentuada expansión internacional y a su fortalecimiento como empresa adalid de la nueva España.